Bienvenido al Curso de Biomagnetismo
CÁNCER CERVICOUTERINO

CÁNCER CERVICOUTERINO

 

CÁNCER CERVICOUTERINO
Ma. Esther Sánchez Santibañez
Presentación
Esta tesina tiene como objeto mejorar la sobrevida y calidad de vida de las mujeres con neoplasias intrapite-

liales y cáncer cervicouterino con la conformación y diagnostico precoz y tratamiento oportuno y de calidad.

Objetivo
Plantea la visión alopática ser me todas y tratadas. Así como la medicina Biomagnética y Bioenergética

teniendo como elemento de diagnostico el Par Biomagnético y como elemento curativo la inducción Bio-

magnética especifica podemos entender la etiología, fisiopatología, la clasificación etológica y la curación

del fenómeno terminal e inclusive la prevención en tiempo críticos y con costos mínimos.

Epidemiología del cáncer cervicouterino
El cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento anormal y diseminado de células que, al des-

arrollarse en forma incontrolada, avanzan entre los tejidos normales y los destruyen, alterándose así el fun-

cionamiento del organismo. Se inicia casi siempre como una enfermedad localizada.

    Del tracto genital femenino, el carcinoma del cuello uterino es la principal causa de morbilidad y morta-

lidad. Se reconocen dos tipos histológicos: el epidermoide, espinocelular o de células escamosas, y el ade-

nocarcinoma. El primero se origina en el epitelio plano estratificado que recubre el ectocérvix y el segundo

en el epitelio cilíndrico que tapiza el canal endocervical. Un tercer tipo se origina en la mucosa endometrial

y constituye el adenocarcinoma del endometrio.

   El origen histológico del cáncer cervicouterino es de tipo epidermoide en el 85 a 90 por ciento de los ca-

sos y usualmente aparece en la unión del canal cervical y el ectocérvix. En esta área el epitelio columnar es

reemplazado por el epitelio escamoso. La aparición de procesos neoplásicos localizados en el cervix ute-

rino presenta una evolución de displasia a cáncer in situ.

    La mayor parte de las displasias son diagnosticadas en la mujer después de los 20 años de edad. El cán-

cer in situ se presenta de manera significativa entre los 30 a 39 años de edad y el carcinoma invasor después

de los 40 años.

    Estudios realizados en la década de los sesenta mostraron que una proporción sustancial de anormalida-

des no invasoras, particularmente las formas intermedias de displasias, tendían a la regresión. Sin embargo,

la tendencia de la enfermedad es a progresar, a través del tiempo, hacia estadios más avanzados. Hall y Wal-

ton informaron una tasa de progresión de displasia severa a carcinoma in situ o cáncer invasor en un periodo

de uno a 14 años.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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   En la actualidad se considera que el cáncer cervicouterino es una de las neoplasias potencialmente cura-

bles. La posibilidad de detectar en forma temprana esta neoplasia hace factible reducir la mortalidad secun-

daria al padecimiento.

   Sin embargo, éste sigue siendo uno de los principales tumores en la mujer, y contribuye con un número

nada despreciable de defunciones a nivel mundial.

    Mientras en países desarrollados la incidencia y la mortalidad debidas a este padecimiento han decrecido de

manera significativa en este siglo, en los países pobres o en vías de desarrollo no se ha observado este descenso

y, en particular, los países de América Latina se han caracterizado por notificar las mayores tasas de incidencia

en todo el orbe. Se estima que en esta región, una de cada 1 000 mujeres de 35 a 55 años padece cáncer del

cuello uterino, enfermedad que es precedida durante meses o años de una lesión premaligna in situ.

   En México el panorama es coincidente y en el último cuarto de siglo la mortalidad ha mostrado una ten-

dencia ascendente. A su vez, una revisión de casos notificados por 34 centros hospitalarios de la Ciudad de

México en 1983, señala que esta neoplasia fue la más frecuente, y representó el 22 por ciento del total de los

casos. Se mostró, además, que es poco frecuente antes de los 25 años; que ocupa el segundo lugar en el

grupo de 25 a 34 y el primero en las mujeres de 35 a54. A partir de esa edad, se observó que la incidencia dismi-

nuye. El tipo histológico más común fue de la variedad epidermoide y contribuyó con el 89 por ciento del total.

   Otra información valiosa es la del Registro Nacional de Cáncer que, para 1986, ubica esta neoplasia de

nueva cuenta como la más frecuente, y al grupo de 40 a 60 como el más afectado.

   Es importante mencionar que en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se iniciaron, desde

1960, actividades de detección de esta neoplasia; sin embargo, la evaluación del impacto sobre su ocurren-

cia y letalidad ha sido objeto de innumerables tropiezos para sistematizar una vigilancia epidemiológica

permanente.

    No obstante, aún son escasos los estudios, en el país y dentro de las instituciones de salud, que describen

el comportamiento secular de esta neoplasia, y son mínimos los trabajos que hayan relacionado factores de

riesgo con su ocurrencia. Por ello, y para conocer el comportamiento secular del cáncer cervicouterino en la

población amparada por el Instituto, así como su distribución geográfica y por grupo de edad, se decidió

realizar esta investigación, como paso inicial en una serie de estudios sobre la ocurrencia de este padeci-

miento a fin de identificar factores de riesgo susceptibles de modificar en la población derechohabiente y

que permitan sumar acciones al Programa de Detección oportuna y Control Epidemiológico.

Material y métodos
Con el fin de analizar la situación epidemiológica, se decidió efectuar un estudio ecológico de tendencias y

comparación de grupos. Los datos de mortalidad para el periodo de 1976 a 1990, se obtuvieron de los bole-

tines correspondientes que edita anualmente la Jefatura de Servicios de Salud Pública del propio Instituto.

La información relativa a la morbilidad se tomó del boletín epidemiológico de 1989.

   La tendencia de la mortalidad se graficó en dos dimensiones, tomando como variable dependiente la tasa

de mortalidad y como variable independiente el año de observación. Para explicar la ocurrencia del evento

en el tiempo, se utilizó un modelo de regresión lineal simple, calculando la ecuación de la recta en cada

modelo y probando la hipótesis de que la pendiente ( ) es diferente de cero.

    Se clasificaron las diferentes delegaciones del sistema de acuerdo con su tasa cruda de mortalidad, agru-

pándolas por cuartiles. Dado que la enfermedad se encuentra estrechamente relacionada con la edad y ante

la evidencia de una distribución etárea desigual en las delegaciones del país, se realizó un ajuste de tasas por

el método directo para fines de comparación, usando como referencia la distribución por edad de la población

a nivel nacional. Nuevamente se agruparon de acuerdo a cuartiles de las tasas ajustadas por esta variable.

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
Resultados mortalidad por carcinoma cervicouterino
En los últimos 10 años, el cáncer cervicouterino se ha mantenido como la segunda neoplasia en orden de

frecuencia en la población derechohabiente del Instituto; sin embargo para la población femenina se ha

ubicado en el primer lugar. El Cuadro 1 refleja la situación de esta neoplasia en 1990.

Cuadro 1
Diez principales neoplasias como causa de defunción en población general

y femenina, amparadas por el IMSS, 1990*

Causa de defunción (CIE)
Tráquea, bronquios y pulmón (162)

Cuello uterino (180)

Estómago (151)

Mama de la mujer (174)

Páncreas (157)

Próstata (185)

Hígado y conductos biliares intrahepáticos (155)

Leucemia linfoide (204)

Vesícula y vías biliares extraepáticas (156)

Ovario y anexos del útero (183)

* Tasas por 100 000 derechohabientes usuarios.

1 Tasa global para toda la población amparada.

2 Tasa específica para el sexo femenino.

Tasa (1)
5.20

4.52

3.15

2.54

2.10

1.99

1.94

1.84

1.74

1.00

Tasa (2)
2.60

8.76

2.72

4.92

2.07

– -.

1.79

1.71

2.43

1.84

    En relación a la mortalidad general, no se encuentra dentro de las 10 principales causas de defunción, pe-

ro en el grupo de 30 a 44 años es la tercera causa de muerte, y una de las primeras 10 en todos los grupos de

edad hasta los 64 años.

Después de esta edad es desplazada del décimo sitio por otras causas competitivas de defunción.
    En los últimos 15 años la tendencia de la mortalidad por cáncer cervicouterino se ha mantenido estable,

con un rango de 3.3 a 4.5 defunciones por 100 000 derechohabientes usuarios. Con el modelo de la recta no

se puede rechazar la hipótesis nula de que la pendiente sea diferente de cero.

   Cuando se analiza la distribución por edad en el último año de observación, se puede apreciar claramente

que las tasas específicas se incrementan a medida que aumenta la edad. Si se toma como referencia a las

mujeres menores de 40 años, y se compara con cada uno de los grupos etáreos, puede apreciarse (Cuadro 2)

que el riesgo de fallecer por esta neoplasia es cinco veces mayor para el grupo de 40 a 49 (IC 95% 4.2-6.3),

y se eleva hasta 10 veces en las mujeres mayores de 80 años (7.3-12.6).

Cuadro 2
Razón de tasas por edad de la mortalidad por cáncer cervicouterino. IMSS, 1990
Edad
de 80
Razón de tasas
9.6
IC al 95%
7.3-12.6
Fuente: Jefatura de Servicios de Salud Pública, IMSS.
    Para 1990 la taca de mortalidad a nivel nacional fue de 3.7 defunciones por 100 000 derechohabientes

usuarios. Empero, si en el denominador se considera sólo a la población femenina, la tasa correspondiente

sería de 8.9 fallecimientos.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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    La representación gráfica de la distribución geográfica de la mortalidad por este tumor muestra un mo-

saico de desigualdad, sin un patrón claramente definido. El contraste en la ocurrencia de este evento queda

de manifiesto al observar que el rango en la tasa de mortalidad oscila de 0.8 en el Estado de México a 66.6

defunciones por 100 000 derechohabientes usuarios en Colima. Es interesante resaltar que los 10 estados

con las mayores tasas de mortalidad fueron Colima, Durango, Guerrero, Nayarit, Hidalgo, Chiapas, More-

los, Yucatán, Puebla y Tamaulipas.

   En vista del efecto de edad observado, y tomando en consideración que la distribución por edad de la pobla-

ción usuaria en las distintas delegaciones pudiera ser diferente, se decidió controlar en el análisis esta variable.

En la comparación ajustada graficada en la figura 3, los estados más afectados son prácticamente los mismos.

   Persiste Colima en primer lugar, con un riesgo ocho veces mayor de fallecer por esta causa en compara-

ción al promedio nacional (Cuadro 3).

Cuadro 3
Razón de tasas ajustadas* de la mortalidad en las delegaciones mas afectadas. IMSS, 1990.
Delegación
Colima

Durango

Hidalgo

Quintana Roo

Guerrero

Tasa
67.9

31.4

19.8

17.9

17.1

Razón de tasas
7.6

3.5

2.2

2.0

1.9

*Tasa por 100 000 derechohabientes usuarios, comparada con la tasa nacional.
Fuente: Jefatura de Servicios de Salud Pública, IMSS.
   Cabe destacar que Yucatán, Puebla y Morelos ya no aparecieron en los 10 primeros lugares en el análisis

ajustado, por lo que es de suponerse que tiene una población femenina usuaria de mayor edad. Sus lugares fue-

ron ocupados por Querétaro, Zacatecas y Quintana Roo, donde seguramente las mujeres usuarias son más jóve-

nes en comparación al promedio nacional, lo que explica que sus tasas crudas sean menores que las ajustadas.

    Los estados con la menor mortalidad fueron Tlaxcala, México, Aguascalientes, Tabasco y el Distrito Fe-

deral. Esta última entidad tuvo una tasa ajustada por edad de cinco defunciones por 100 000 derechohabien-

tes, con un riesgo de fallecer por esta neoplasia de apenas la mitad que el promedio nacional (cuadro IV).

Cuadro 4
Razón de tasas ajustadas* de la mortalidad en las delegaciones menos afectadas. IMSS, 1990.
Delegación
Distrito Federal

Tabasco

Aguascalientes

Estado de México

Tlaxcala

Tasa
5.0

4.8

4.4

0.8

0.1

Razón de tasas
0.56

0.54

0.49

0.09

0.01

* Tasa por 100 000 derechohabientes usuarios, comparada con la tasa nacional.
Fuente: Jefatura de Servicios de Salud Pública, IMSS.

 

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Morbilidad por cáncer cervicouterino
Para el año de 1989 la incidencia de cáncer cervicouterino en el Instituto fue de 9.7 casos por 100 000 años

persona de observación.

   Al igual que la mortalidad, la distribución de la incidencia es desigual a nivel nacional, y oscila de 0.9 en

Durango hasta 27.2 en Veracruz. Los estados con la mayor ocurrencia de este padecimiento fueron Vera-

cruz, Coahuila, Chiapas, Michoacán, Chihuahua y Tabasco. A su vez, aquellos con la menor incidencia

fueron Durango, Quintana Roo, Hidalgo, Yucatán y Baja California Sur.

   Llama la atención que Durango y Yucatán muestran bajas tasas de incidencia pero altas tasas de mortali-

dad, lo que hablaría de una mayor letalidad del padecimiento en ellos. Lo contrario se aprecia en Tabasco,

que a pesar de tener una de las mayores incidencias en todo el país, su mortalidad es de las más bajas. No

cabe duda que los problemas en la certificación y notificación de casos, pueden contribuir a explicar esta

aparente paradoja.

    Guerrero, Nayarit y Chiapas son estados que notifican las mayores tasas de incidencia y mortalidad,

mientras que Baja California Sur, Aguascalientes y el Distrito Federal coinciden en informar baja incidencia

y mortalidad. La congruencia en la presentación en ambos eventos en estas entidades indudablemente refle-

ja aquéllas donde la ocurrencia del padecimiento es mayor, y se resalta la necesidad de centrar atención

específica en ellas.

¿Qué es el cáncer cervicouterino?
El cáncer cervicouterino, una clase común de cáncer en la mujer, es una enfermedad en la cual se encuentra

células cancerosas (malignas) en los tejidos del cuello uterino. El cuello uterino es la abertura del útero, el

órgano hueco en forma de pera donde se desarrolla el feto, y lo conecta con la vagina (canal de nacimiento).

   El cáncer cervicouterino suele crecer lentamente por un período de tiempo. Antes de que se encuentre

células cancerosas en el cuello uterino, sus tejidos experimentan cambios y empiezan a aparecer células

anormales (proceso conocido como displasia). La prueba de Papanicolaou generalmente encuentra estas

células. Posteriormente, las células cancerosas comienzan a crecer y se diseminan con mayor profundidad

en el cuello uterino y en las áreas circundantes.

    Ya que en general no hay síntomas asociados con el cáncer cervicouterino, el médico debe hacer una se-

rie de pruebas para buscar el cáncer. La primera prueba es la de Papanicolaou, que se lleva a cabo usando un

pedazo de algodón, un cepillo o una espátula de madera pequeña para raspar suavemente el exterior del

cuello uterino con el fin de recoger células. La paciente puede sentir algo de presión, pero generalmente no

se siente dolor.

    Si se encuentra células anormales, el médico tendrá que extraer una muestra de tejido (este procedimien-

to se conoce con el nombre de biopsia) del cuello uterino y lo observará a través del microscopio para ver si

hay células cancerosas. Para efectuar una biopsia sólo se necesita una pequeña cantidad de tejido y puede

hacerse en el consultorio médico. Si para hacer la biopsia el médico necesita extraer una muestra mayor en

forma de cono (conización), la paciente quizás tenga que ir al hospital.

Clasificación del cáncer cerviouterino
Una vez detectado (diagnosticado) el cáncer cervicouterino, se harán más pruebas para determinar si las

células cancerosas se han diseminado a otras partes del cuerpo. Este proceso se conoce como clasificación

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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por etapas. El médico necesita saber la etapa de la enfermedad para planear el tratamiento adecuado. Las

siguientes etapas se usan en la clasificación del cáncer cervicouterino:

    Etapa 0 o carcinoma in situ. El carcinoma in situ es un cáncer en su etapa inicial. Las células anorma-

les se encuentran sólo en la primera capa de células que recubren el cuello uterino y no invaden los tejidos

más profundos del cuello uterino.

Etapa I. El cáncer afecta el cuello uterino, pero no se ha diseminado a los alrededores.
    Etapa IA. Una cantidad muy pequeña de cáncer que sólo es visible a través del microscopio se encuen-

tra en el tejido más profundo del cuello uterino.

Etapa IB. Una cantidad mayor de cáncer se encuentra en el tejido del cuello uterino.
Etapa II. El cáncer se ha diseminado a regiones cercanas, pero aún se encuentra en la región pélvica.
Etapa IIA. El cáncer se ha diseminado fuera del cuello uterino a los dos tercios superiores de la vagina.
Etapa IIB. El cáncer se ha diseminado al tejido alrededor del cuello uterino.
    Etapa III. El cáncer se ha diseminado a toda la región pélvica. Las células cancerosas pueden haberse

diseminado a la parte inferior de la vagina. Las células también pueden haberse diseminado para bloquear

los tubos que conectan los riñones a la vejiga (los uréteres).

Etapa IV. El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
Etapa IVA. El cáncer se ha diseminado a la vejiga o al recto (órganos cercanos al cuello uterino).
Etapa IVB. El cáncer se ha diseminado a órganos dístales como los pulmones.
   Recurrente. La enfermedad recurrente significa que el cáncer ha vuelto (reaparecido) después de haber

sido tratado. Puede volver al cuello uterino o a otro lugar.

Tratamiento del cáncer cervicouterino
Existen tratamientos para todas las pacientes con cáncer cervicouterino. Se emplea tres clases de tratamien-

to:

•Cirugía (extracción del cáncer en una operación)

•Radioterapia (uso de rayos X de alta energía u otros rayos de alta energía para eliminar las células

cancerosas)

•Quimioterapia (uso de medicamentos para eliminar las células cancerosas).

   El médico puede emplear uno de varios tipos de cirugía disponibles para el carcinoma in situ con el fin

de destruir el tejido canceroso:

•La criocirugía consiste en la eliminación del cáncer por congelamiento.

•La cirugía con rayo láser consiste en el uso de un haz de luz intensa para eliminar células cancero-

sas.

El médico puede extraer el cáncer empleando una de las siguientes operaciones:
   Conización. La conización consiste en la extracción de un pedazo de tejido en forma de cono en el lugar

donde se encuentra la anormalidad. La conización puede emplearse para extraer un pedazo de tejido para

hacer una biopsia, pero también puede utilizarse para el tratamiento del cáncer incipiente del cuello uterino.

   Excisión electro quirúrgica. Otra opción es que el médico realice un procedimiento de excisión electro

quirúrgica (LEEP, siglas en inglés) para extraer el tejido anormal. El LEEP usa una corriente eléctrica pasa-

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
da por un aro de alambre delgado que sirve como cuchilla. También puede usarse un rayo láser como cuchi-

lla para extraer el tejido.

    Histerectomía. La histerectomía es una operación en la cual se extrae el útero y el cuello uterino además

del cáncer. Si el útero se extrae a través de la vagina, la operación se llama histerectomía vaginal. Si se ex-

trae mediante un corte (incisión) en el abdomen, la operación se llama histerectomía abdominal total. A

veces los ovarios y las trompas de Falopio también se extraen; este procedimiento se llama salpingooforec-

tomía bilateral.

    La histerectomía radical es una operación en la cual se extrae el cuello uterino, el útero y parte de la va-

gina. También se extrae los ganglios linfáticos de la región. Este procedimiento se denomina disección de

los ganglios linfáticos. (Los ganglios linfáticos son estructuras pequeñas en forma de fríjol que se encuen-

tran por todo el cuerpo y cuya función es producir y almacenar células que combaten las infecciones.)

    Si el cáncer se ha diseminado afuera del cuello uterino o los órganos femeninos, el médico puede extraer

el colon inferior, el recto o la vejiga (dependiendo del lugar al que se haya diseminado el cáncer) junto con

el cuello uterino, el útero y la vagina. Este procedimiento se llama exenteración y raramente se necesita. A

veces es necesaria la cirugía plástica para formar una vagina artificial después de esta operación.

   Radioterapia. La radioterapia consiste en el uso de rayos X de alta energía para eliminar células cance-

rosas y reducir tumores. La radiación puede provenir de una máquina fuera del cuerpo (radioterapia externa)

o se puede derivar de materiales que producen radiación (radioisótopos) a través de tubos plásticos delgados

que se aplican al área donde se encuentran las células cancerosas (radiación interna). La radioterapia puede

emplearse sola o además de cirugía.

    Quimioterapia. La quimioterapia consiste en el uso de medicamentos para eliminar células cancerosas.

Puede tomarse en forma de píldoras o se puede depositar en el cuerpo por medio de una aguja introducida

en la vena. La quimioterapia se considera un tratamiento sistémico ya que el medicamento es introducido al

torrente sanguíneo, viaja a través del cuerpo y puede eliminar células cancerosas fuera del cuello uterino.

Tratamiento por etapas
Los tratamientos para el cáncer cervicouterino dependen de la etapa en que se encuentra la enfermedad, del

tamaño del tumor, y de la edad de la paciente, su estado de salud general y su deseo de tener hijos.

   El tratamiento del cáncer del cuello uterino puede ser postergado durante el embarazo dependiendo de la

etapa en que se encuentre el cáncer y el progreso del embarazo.

   Se puede recibir tratamientos estándares, cuya eficacia ya ha sido probada en pacientes que participaron

en pruebas anteriores o se puede optar por participar en un ensayo clínico. No todas las pacientes se curan

con la terapia estándar y algunos tratamientos estándar podrían tener más efectos secundarios de los desea-

dos. Por estas razones, los ensayos clínicos están diseñados para encontrar mejores maneras de tratar a las

pacientes con cáncer y se basan en la información más actualizada.

Cáncer Cervicouterino – ETAPA 0
   El cáncer cervicouterino en etapa 0 a veces también se conoce como carcinoma in situ. El tratamiento

puede ser uno de los siguientes:

1. Conización.

2. Cirugía con rayo láser.

3. Procedimiento de excisión electroquirúrgica (LEEP).

4. Criocirugía.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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5. Cirugía para eliminar el área cancerosa, el cuello uterino y el útero (histerectomía total abdominal o

histerectomía vaginal) para aquellas mujeres que no pueden o no desean tener niños.

Cáncer Cervicouterino – ETAPA I
   El tratamiento puede ser en uno de los siguientes, dependiendo de la profundidad a la cual las células del

tumor hayan invadido el tejido normal:

Para el cáncer en ETAPA IA:

1. Cirugía para extirpar el cáncer, el útero y el cuello uterino (histerectomía abdominal total). Los ova-

rios también pueden extraerse (salpingooforectomía bilateral), pero generalmente no se extraen en

mujeres jóvenes.

2. Conización.

3. Para tumores con invasión más profunda (3-5 milímetros): cirugía para extraer el cáncer, el útero y

el cuello uterino y parte de la vagina (histerectomía radical) junto con los ganglios linfáticos en la

región pélvica (disección de ganglios linfáticos).

4. Radioterapia interna.

Para el cáncer en etapa IB:

1. Radioterapia interna y externa.

2. Histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos.

3. Histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos, seguida de radioterapia más quimiotera-

pia.

4. Radioterapia más quimioterapia.

Cáncer Cervicouterino – ETAPA II
El tratamiento puede ser uno de los siguientes:
Para el cáncer en etapa IIA:

1. Radioterapia interna y externa.

2. Histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos.

3. Histerectomía radical y disección de los ganglios linfáticos, seguida de radioterapia más quimiotera-

pia.

4. Radioterapia más quimioterapia.

Para el cáncer en etapa IIB:
1. Radioterapia interna y externa más quimioterapia.
Cáncer Cervicouterino – ETAPA III
El tratamiento puede ser uno de los siguientes:

1. Radioterapia interna y externa más quimioterapia.

Cáncer Cervicouterino – ETAPA IV
El tratamiento puede ser uno de los siguientes:

Para el cáncer en etapa IVA:

1. Radioterapia interna y externa más quimioterapia.

Para el cáncer en etapa IVB:
1. Radioterapia para aliviar síntomas causados por el cáncer.

2. Quimioterapia.

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
Cáncer Cervicouterino – RECURRENTE
Si el cáncer ha vuelto (reaparecido) en la pelvis, el tratamiento puede ser uno de los siguientes:

1. Radioterapia combinada con quimioterapia.

2. Quimioterapia para aliviar los síntomas ocasionados por el cáncer.

   Si el cáncer ha regresado fuera de la pelvis, el paciente puede decidir ingresar a un ensayo clínico de

quimioterapia sistémica.

Prueba de Papanicolaou
1. ¿Qué es la prueba de Papanicolaou?

La prueba de Papanicolaou (también conocida como la prueba Pap o examen de citología) es una

manera de examinar células recolectadas del cuello uterino y la vagina. Esta prueba puede mostrar la

presencia de infección, inflamación, células anormales, o cáncer.

2. ¿Qué es un examen pélvico?

En un examen pélvico, el médico palpa el útero (matriz), la vagina, los ovarios, las trompas de Falo-

pio, la vejiga y el recto, con el propósito de encontrar cualquier anormalidad en su forma o tamaño.

Durante el examen pélvico, se utiliza un instrumento conocido como espéculo para ensanchar la va-

gina de tal manera que la parte superior de la vagina y el cuello uterino puedan ser vistos.

3. ¿Por qué son importantes la prueba de Papanicolaou y el examen pélvico?

La prueba de Papanicolaou y el examen pélvico forman parte importante del cuidado de la salud ru-

tinario de una mujer, ya que con ellos se pueden detectar anormalidades que pueden conducir a cán-

cer invasor. Estas anormalidades pueden ser tratadas antes de que el cáncer se desarrolle. La mayoría

de los cánceres invasores del cuello del útero se pueden prevenir si la mujer se hace pruebas de Pa-

panicolaou y exámenes pélvicos con regularidad. Además, al igual que otros tipos de cáncer, el cán-

cer del cuello del útero puede ser tratado con mayor éxito cuando se detecta temprano.

4. ¿Quién realiza la prueba de Papanicolaou?

Los médicos y otros profesionales de la salud, tales como asistentes médicos, matronas y enfermeras

practicantes, pueden realizar pruebas de Papanicolaou y exámenes pélvicos. Estos individuos, por lo

general, son conocidos como clínicos. (En Costa Rica médicos y enfermeras).

5. ¿Cómo se realiza la prueba de Papanicolaou?

La prueba de Papanicolaou es simple, rápida y no causa dolor; puede realizaprueba, se saca una

muestra de células de adentro y de alrededor del cuello del útero con un raspador de madera o un ce-

pillo cervical pequeño. El espécimen (muestra) se pone en una lámina de vidrio o se lava en líquido

fijador y se envía a un laboratorio para que sea examinado.

6. ¿Quién debe hacerse la prueba de Papanicolaou?

Las mujeres que son o han sido sexualmente activas, o mayores de 18 años, deben hacerse pruebas

de Papanicolaou y exámenes físicos con regularidad. Sería bueno que las mujeres consulten a su

médico acerca de la frecuencia con que deben hacerse estos exámenes.

No se sabe de una edad en la que la prueba de Papanicolaou deja de ser eficaz. Las mujeres mayores

deben seguir haciéndose exámenes físicos con regularidad, entre ellos el examen pélvico y la prueba

de Papanicolaou. Las mujeres que han tenido resultados consistentemente normales en la prueba de

Papanicolaou podrían preguntarle al médico con qué frecuencia deben hacerse la prueba de Papani-

colaou.

Las mujeres que han tenido una histerectomía (cirugía en la que se extrae el útero, incluyendo el

cuello del útero) deben consultar con su médico acerca de si tienen que seguir haciéndose pruebas de

Papanicolaou con regularidad. Si la histerectomía se llevó a cabo debido a una condición precance-

rosa o cancerosa, tendrán que seguir sacándose muestras del final del canal vaginal para determinar

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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    cambios anormales. Si el útero (incluyendo el cuello del útero) ha sido extraído debido a una condi-

ción no cancerosa como fibroides, las pruebas de Papanicolaou rutinarias pueden no ser necesarias.

Sin embargo, sigue siendo importante que la mujer continúe teniendo exámenes ginecológicos con

regularidad como parte del cuidado de su salud.

7. ¿Cuándo debe realizarse la prueba de Papanicolaou?

Una mujer debe hacerse esta prueba cuando no esté menstruando; el mejor momento es entre 10 y 20

días después del primer día del período menstrual. Dos días antes de la prueba de Papanicolaou, la

mujer debe evitar el lavado vaginal o usar medicamentos vaginales o espumas, cremas o gelatinas

espermicidas (excepto cuando sea indicado por el médico). Estos podrípanicolaou ha sido algunas

veces confusa. Un nuevo método de informe, llamado el Sistema Bethesda, se desarrolló después de

un taller patrocinado por el Instituto Nacional del Cáncer en 1988. El Sistema Bethesda utiliza tér-

minos descriptivos de diagnóstico en lugar de números de clases, los cuales se utilizaron en el pasa-

do para presentar los resultados de la prueba de Papanicolaou. Este sistema de informe incluye una

evaluación de suficiencia del espécimen.

8. ¿Qué significan los resultados anormales de la prueba?

Un médico podría tan solo describir los resultados de la prueba de Papanicolaou como «anormales».

Las células en la superficie del cuello del útero a veces se ven anormales pero no son cancerosas. Es

importante recordar que las condiciones anormales no siempre se convierten en cáncer y, algunas

condiciones pueden ser más graves que otras. Es aconsejable que la mujer le pida al médico infor-

mación específica acerca del resultado de su prueba de Papanicolaou y lo que éste significa.

Existen varios términos que se pueden utilizar para describir los resultados anormales.

•Displasia es un término utilizado para describir células anormales. La displasia no es cáncer,

aunque se puede convertir en cáncer temprano el cuello del útero. Durante la displasia, las célu-

las cervicales sufren una serie de cambios en su apariencia. Las células aparecen anormales en el

microscopio, pero no invaden los tejidos saludables de alrededor. Existen tres grados de displa-

sia, clasificados como leve, moderado o grave, dependiendo de qué tan anormales se vean las cé-

lulas en el microscopio. Lesión intraepitelial escamosa (SIL, por siglas en inglés) es otro término

que se utiliza para describir cambios anormales de las células en la superficie del cuello del úte-

ro. La palabra escamosa describe las células que son delgadas, planas y yacen en la superficie de

afuera del cuello del útero. La palabra lesión se refiere a tejido anormal. Una lesión intraepitelial

significa que las células anormales están presentes solamente en las capas superficiales de las cé-

lulas. Un médico puede describir una lesión intraepitelial escamosa como de grado bajo (cam-

bios tempranos en ltamaño, forma y número de células) o de grado alto (un número grande de

células precancerosas que tienen una apariencia bastante diferente a la de las células normales).

•Neoplasia intraepitelial cervical (CIN, por siglas en inglés) es otro término que se utiliza a veces

para describir células anormales. Neoplasia significa un nuevo crecimiento anormal de células.

Intraepitelial se refiere a las capas superficiales de las células. El término neoplasia intraepitelial

cervical, junto con un número (del 1 al 3), describe qué tanto del cuello del útero contiene célu-

las anormales.

•Carcinoma in situ describe un cáncer pre-invasor que involucra solamente las células superficia-

les y no se ha extendido a tejidos más profundos.

•El cáncer del cuello del útero o cáncer invasor del cuello del útero, ocurre cuando las células

anormales penetran con mayor profundidad el cuello de lútero u otros tejidos u órganos.

9. ¿Cómo se comparan estos términos entre si?

•La displasia leve también se puede clasificar como SIL de grado bajo o CIN 1.

•La displasia moderada también se puede clasificar como SIL de grado alto o CIN 2.

•La displasia grave también se puede clasificar como SIL de grado alto o CIN 3.

•El carcinoma in situ también se puede clasificar como SIL de grado alto o CIN 3.

10. ¿Qué son células escamosas atípicas de significado indeterminado (ASCUS, por siglas en inglés)?

 

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15.
Las anormalidades que no cumplen los criterios por medio de los cuales se define una lesión intrae-

pitelial escamosa (SIL), una neoplasia intraepitelial cervical (CIN) o una displasia se denominan cé-

lulas escamosas atípicas de significado indeterminado (ASCUS). Las muestras persistentemente

anormales por lo general son evaluadas con más detalle por un médico.

¿Está asociado el Virus del Papiloma Humano con el desarrollo del cáncer del cuello del útero?

Los virus del papiloma humano son virus que pueden causar verrugas. Algunos son transmitidos

sexualmente y causan crecimientos en los genitales similares a las verrugas. Los científicos han

identificado más de 70 tipos de virus del papiloma humano; 30 tipos infectan el cuello del útero y,

cerca de 15 tipos están asociados con el cáncer del cuello del útero.

El virus del papiloma humano es un factor mayor de riesgo de cáncer del cuello del útero. De hecho,

casi todos los cánceres del cuello del útero muestran evidencia de virus del papiloma humano. Sin

embargo, no todos los casos del virus se convierten en cáncer del cuello del útero. Una mujer que

tenga el virus del papiloma humano debe comunicarle cualquier inquietud a su médico.

¿Quién corre el riesgo de contraer la infección del Virus del Papiloma Humano?

Esta infección es más común entre los grupos de jóvenes, en particular, en las mujeres entre los 16 y

20 años de edad. Debido a que el virus del papiloma humano se propaga principalmente a través de

contacto sexual, el riesgo aumenta con el número de compañeros sexuales. Las mujeres que empie-

zan a ser sexualmente activas a una edad temprana, que tienen compañeros sexuales múltiples.

¿Conlleva siempre la infección con un tipo de virus del papiloma humano asociado con cáncer a una

condición precancerosa o cáncer?

No. La mayoría de infecciones parecen desaparecer por si mismas sin causar ningún tipo de anormali-

dad. Sin embargo, la infección con tipos de virus del papiloma humano asociados con cáncer puede in-

crementar el riesgo de que las anormalidades leves se conviertan en anormalidades más graves o cáncer

del cuello del útero. Con control médico regular a través de clínicos capacitados, las mujeres con anor-

malidades cervicales precancerosas no deberían desarrollar cáncer invasor del cuello del útero.

¿Qué significan los resultados positivos falsos y negativos falsos?

Desafortunadamente, existen ocasiones en las que los resultados de la prueba de Papanicolaou no

son precisos. Aunque estos errores no ocurren muy frecuentemente, pueden causar ansiedad y pue-

den afectar la salud de la mujer.

Un resultado positivo falso de una prueba de Papanicolaou, ocurre cuando a una paciente se le dice

que tiene células anormales cuando en realidad las células son normales. Un resultado de la prueba

de Papanicolaou negativo falso ocurre cuando se denomina normal un espécimen, pero la mujer tie-

ne una lesión. Una variedad de factores puede contribuir a un resultado negativo falso. Un resultado

de la prueba de Papanicolaou negativo falso puede demorar el diagnóstico y tratamiento de una con-

dición precancerosa. No obstante, los exámenes de detección realizados con regularidad ayudan a

compensar los resultados negativos falsos ya que si por error no se detectaron las células cancerosas

en una oportunidad, existe una buena probabilidad de que las células sean detectadas la próxima vez.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado re-

cientemente dos sistemas computarizados para volver a llevar a cabo pruebas para la detección de

células anormales en las muestras de una prueba de Papanicolaou. Estos sistemas se están empezan-

do a utilizar en laboratorios a lo largo del paobre los resultados de su prueba de Papanicolaou y que

pregunte sobre las medidas de control de calidad que se toman en el laboratorio donde se examinan

las muestras de tejido.

¿Qué sucede si los resultados de la prueba de Papanicolaou son anormales?

Si la prueba de Papanicolaou muestra una anormalidad ambigua o menor, el médico podría repetir la

prueba para cerciorarse de su exactitud. Si la prueba de Papanicolaou muestra una anormalidad sig-

nificante, el médico entonces podría realizar una colposcopia utilizando un instrumento bastante pa-

recido a un microscopio (llamado un colposcopio) para examinar la vagina y el cuello del útero. El

colposcopio no penetra el cuerpo. También se puede realizar una prueba de Schiller. Para realizar es-

ta prueba, el médico reviste el cuello del útero con una solución de yodo. Las células saludables se

tornan color marrón y las células anormales se tornan blancas o amarillas. Estos dos procedimientos

pueden realizarse en el consultorio del médico.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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El médico también podría extraer una pequeña cantidad de tejido cervical para que sea examinado

por un patólogo. Este procedimiento se conoce como biopsia y es la única manera de saber con cer-

teza si las células anormales indican cáncer.

Virus del Papiloma Humano y Condilomas
Los virus del papiloma humano (VPH) constituyen uno de los principales motivos de enfermedades de

transmisión sexual (ETS). Los expertos calculan que 24 millones de norteamericanos están infectados. Exis-

ten más de 60 tipos de VPH, de los cuales un tercio se contagian por vía sexual. Aparte del problema de la

infección, estos virus están relacionados con el cáncer genital. Al igual que ocurre con otras ETS, los VPH

no provocan síntomas ni producen lesiones evidentes. Esta situación determina que la infección se extienda

a otros sin que se detecten alteraciones.

    Condilomas. Los condilomas acuminados o verrugas venéreas se producen por algunos tipos de VPH.

En cambios las verrugas de otras partes del cuerpo se producen por otros virus. Los condilomas acuminados

se transmiten por contagio sexual, apareciendo dentro de los 3 meses del contacto con el enfermo. En Esta-

dos Unidos se calcula que cada año se diagnostican un millón de casos nuevos.

   En la mujer los condilomas aparecen en los labios vulvares, vagina, cuello uterino o cerca del ano. En el

varón aparecen en el pene y en el escroto, y en la proximidad anal si tiene relaciones homosexuales. La

evolución de las lesiones es imprevisible: pueden desaparecer, crecer o permanecer estables.

   Diagnóstico de los condilomas. Cuando una persona presenta formaciones de aspecto verrugoso en la

zona genital o en su proximidad debe acudir al ginecólogo. El diagnóstico se realiza viendo las lesiones.

Además, se deben buscar otras lesiones que relacionadas con los VPH.

   Para mejorar la visualización de lesiones dudosas se puede aplicar ácido acético y usar el colposcopio.

En los casos dudosos se puede practicar una citología o una biopsia. Hay una serie de pruebas que permiten

determinar el tipo de VPH que produce la infección y si existe riesgo de que aparezca un cáncer de cuello

uterino o si existe riesgo de transmisión fetal en el caso de embarazo.

    Tratamiento de los condilomas. El tratamiento depende del tamaño, el sitio donde está la lesión y los

síntomas que provoca. Aunque se logre eliminar la lesión verrugosa, el virus no se consigue erradicar y los

condilomas reaparecen. En Estados Unidos se aprobado una crema de imiquimod que se puede aplicar sobre

las lesiones. Otros tratamientos incluyen la aplicación de solución de podofilino al 0,5 %, que no se debe

emplear en caso de embarazo por producir alteraciones fetales ya que se absorve. También se puede em-

plear 5-fluouracilo al 5 % que tampoco se puede emplear en caso de embarazo, o ácido tricloroacético.

    Las pequeñas verrugas se pueden eliminar con criocirugía o electrocirugía. En algunos casos de lesiones

amplias se puede emplear el laser. También se ha empleado el interferón alfa inyectado directamente sobre la

lesión.

    Prevención de los condilomas. La única forma de prevenir el contagio es evitar el contacto directo con

el virus que se transmite por el roce de la piel. Si existen lesiones evidentes se deben usar condones que dan

alguna protección.

El Virus de Papiloma Humano y el Cáncer
El Virus de Papiloma Humano
El virus de papiloma humano, o papilomavirus humano (VPH) es un grupo de más de 80 tipos de virus. Se

llaman papilomavirus porque ciertos tipos pueden causar verrugas, o papilomas, que son tumores benignos

 

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(no cancerosos). Diferentes tipos de virus de papiloma humano causan las verrugas comunes que crecen en

las manos y en los pies y aquéllas que se desarrollan en la boca y en el área genital.

    De los más de 80 tipos de virus de papiloma humano, existen más de 30 que tienen la habilidad de infec-

tar el tracto genital. Estos virus de papiloma humano genitales pueden pasarse de una persona a otra a través

de contacto sexual. Algunos virus de papiloma humano pueden causar verrugas que aparecen en o alrededor

de los genitales y el ano, tanto de los hombres como de las mujeres. Las verrugas genitales son técnicamente

conocidas como condilomas acuminadas y están generalmente asociadas con dos tipos de virus de papiloma

humano, el número 6 y número 11. El virus de papiloma humano también puede causar crecimientos planos

anormales en el área genital y en el cuello del útero (la parte más baja del útero que se extiende a la vagina).

El virus de Papiloma Humano y el riesgo de cáncer
El virus de papiloma humano ahora se conoce como la causa mayor de cáncer del cuello del útero (cérvix).

Algunos tipos de virus de papiloma humano se conocen como virus de «bajo riesgo» porque raramente se

convierten en cáncer; éstos incluyen los HPV-6 y HPV-11. Los tipos de virus de papiloma humano que

pueden llevar al desarrollo de cáncer se conocen como «tipos asociados con el cáncer». Los tipos de virus

más importantes de papiloma humano, transmitidos sexualmente, asociados con el cáncer en hombres y

mujeres incluyen los HPV-16, HPV-18, HPV-31, y HPV-45. Estos tipos de virus de papiloma humano aso-

ciados con el cáncer causan crecimientos que normalmente parecen planos y son casi invisibles, comparados

con las verrugas causadas por los HPV-6 y HPV-11.

Virus del Papiloma y Displasia de Cuello Uterino
El virus del papiloma humano (VPH) se llama vulgarme virus de las verrugas e incluye más de 60 tipos

diferentes. Los virus tipos 1, 3 y 5 pueden causar las verrugas en piernas y brazos, mientras que los tipos 6 y

11 pueden provocar lesiones verrugosas en los genitales masculinos y femeninos. Los tipos 16, 18, 31, 33 y

35 pueden provocar alteraciones celulares en la vagina y el cuello uterino llamadas displasias.

   En Estados Unidos la infección genital por VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente:

un tercio de las mujeres de menos de 20 años con relaciones sexuales tienen la infección en el cuello uterino

o en la vulva. La enfermedad tiene la peculiaridad de que NO DA SINTOMAS y que el varón es un porta-

dor sin lesiones visibles. Un estudio científico demuestra que en las mujeres con la infección por VPH en el

69 % de los varones que tienen relaciones sexuales presentan lesiones asintomáticas en el pene que pueden

detectarse mediante colposcopia del pene. Por tanto, el varón es un reservorio que disemina la enfermedad.

    La visión directa del pene permite es un método pobre para el diagnóstico. La penescopia con ácido acé-

tico es muy aconsejable para detectar las lesiones del varón. Aunque la infección es provocada por los mis-

mos tipos de virus en el varón y la mujer, las lesiones difieren clínica e histológicamente: los varones

frecuentemente presentan condilomas mientras que en la mujer lo frecuente es la displasia.

    La displasia cervical es una lesión premaligna o precancerosa de las células del cuello uterino. Se pueden

distinguir 3 formas de displasia: leve, moderada y severa. La displasia leve es la forma más corriente, se

puede considerar una respuesta tisular a la agresión del virus y en el 70 % de los casos se cura sin ningún

tratamiento. Sin embargo, la displasia leve puede transformarse en una lesión más grave. Las displasias

moderada y severa son formas más graves que se deben tratar por el mayor riesgo de transformarse en le-

siones cancerosas. El método diagnóstico para estas lesiones es la práctica de la citología que permite detec-

tar las alteraciones celulares.

    Pero la displasia no solo es provocada por algunos tipos de VPH. El consumo de tabaco es otra causa de

displasia cervical, posiblemente por la acción tóxica sobre el cuello uterino de la nicotina y la cotinina. Es-

tos agentes químicos también se pueden concentrar en las secreciones genitales masculinas, por eso se de-

ben abstener de fumar los varones que tienen relaciones sexuales con mujeres portadoras de displasia.

También determinadas carencias nutricionales pueden favorecer la aparición de displasia cervical. Por eso el

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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Instituto Nacional del Cáncer recomienda el consumo de frutas y vegetales frescos, o en su defecto un su-

plemento polivitamínico con antioxidantes como la vitamina E o carotenos.

    La forma de adquirir la infección por HPV es a través del contacto sexual. Los condones pueden preve-

nir la diseminación de diferentes enfermedades venéreas o el SIDA, pero no previenen el contagio del HPV.

El virus puede estar en reposo hasta durante 20 años, por lo cual no siempre se puede relacionar la displasia

con un contacto sexual reciente. Por lo tanto el riesgo de displasia persiste durante muchos años y por tanto

la vigencia de la práctica de citología es cada vez más importante ante el riesgo de displasia y/o cáncer. La

eliminación del virus es muy difícil a pesar de la cirugía y otras técnicas aplicadas directamente sobre el

cuello uterino. El sistema inmune es el responsable de la eliminación del virus y para ello es importante

suprimir el tabaquismo, consumir vitaminas y las medidas aconsejadas por un ginecólogo experto.

    Desgraciadamente desconocemos los factores que participan en la latencia, reactivación, infección sub-

clínica sin enfermedad aparente, y los mecanismos requeridos para la transformación en un cáncer.

Condiciones Precancerosas en el Cérvix Uterino
Ambos tipos de virus de papiloma humano, los asociados con el cáncer y los de bajo riesgo, pueden causar

el crecimiento de células anormales en el cuello del útero, pero generalmente sólo los tipos de virus de papi-

loma humano asociados con el cáncer pueden llevar al desarrollo del cáncer del cuello del útero.

    Las células cervicales anormales pueden detectarse cuando se realiza la prueba Pap, o Papanicolaou, du-

rante un examen ginecológico. Se han utilizado varios términos para describir las células anormales que

pueden verse en las pruebas Pap. En el sistema de Bethesda (el sistema principal que se utiliza para infor-

mar los resultados de las pruebas Pap en los Estados Unidos), las condiciones precancerosas son divididas

en lesiones intraepiteliales escamosas (SIL, por sus siglas en inglés) de bajo grado y de alto grado. Las célu-

las escamosas son delgadas, planas, y se encuentran en el tejido que forma la superficie de la piel, en el

revestimiento del conducto superior de los tractos respiratorios y digestivos, y en la vagina y la parte exte-

rior del cuello del útero.

    Otros términos que a veces se utilizan para describir estas células anormales son neoplasia intraepitelial

cervical (CIN, por sus siglas en inglés) y displasia. Las lesiones intraepiteliales escamosas de bajo grado

(displasias leves) son una condición común, especialmente en las mujeres jóvenes. La mayoría de las lesio-

nes intraepiteliales escamosas de bajo grado vuelven a la normalidad pasado unos meses o unos pocos años.

A veces, las lesiones intraepiteliales escamosas de bajo grado pueden convertirse en lesiones intraepiteliales

escamosas de alto grado. Las lesiones intraepiteliales escamosas de alto grado no son cáncer, pero even-

tualmente pueden convertirse en cáncer y deben ser tratadas por un médico.

   Ciertos comportamientos, tales como empezar las relaciones sexuales a una edad temprana y tener mu-

chos compañeros sexuales, aumentan la probabilidad de desarrollar una infección de virus del papiloma

humano.

    La mayoría de las infecciones con virus de papiloma humano desaparecen por si solas sin causar anor-

malidad alguna. Es importante notar que la infección con tipos de virus del papiloma humano asociados con

el cáncer (16, 18, 31, y 45) puede aumentar el riesgo de que las anormalidades suaves se conviertan en

anormalidades más severas o en cáncer del cuello del útero. Sin embargo, de las mujeres que desarrollan

cambios anormales en las células con tipos de virus del papiloma humano asociados con el cáncer, sólo un

porcentaje pequeño desarrollaría cáncer del cuello del útero si estas células no fueran removidas.

   Los estudios sugieren que si una mujer desarrolla cáncer o no, depende de una variedad de factores que

actúan conjuntamente con los tipos de virus de papiloma humano asociados con el cáncer. Estos factores

pueden incluir el fumar, la resistencia baja a la infección, e infección con agentes diferentes al papilomavi-

rus humano.

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
Seguimiento y Tratamiento de las Lesiones por VPH
Si en una prueba Pap se detectan cambios en las células que preocupan, el siguiente paso normalmente es

una colposcopia y una biopsia de cualquier área anormal. (La colposcopia es un procedimiento en el cual se

utiliza un espéculo llamado colposcopio para examinar la vagina y el cuello del útero. La biopsia es la ex-

tracción de una muestra pequeña de tejido para hacer un diagnóstico).

    Aunque actualmente no existe cura médica para eliminar una infección del papilomavirus, las lesiones

intraepiteliales escamosas y las verrugas que estos virus causan pueden ser tratadas. Los métodos que se

utilizan para tratar las lesiones intraepiteliales escamosas incluyen la cauterización en frío (enfriamiento que

destruye el tejido), el tratamiento láser (cirugía con una luz de alta intensidad), el tratamiento de excisión

quirúrgica por medio del asa eléctrica (LEEP, por sus siglas en inglés), así como la cirugía convencional.

Pueden usarse tratamientos similares para las verrugas genitales externas.

    Además, dos químicos poderosos (la podofilina y el ácido tricloroacético) pueden destruir las verrugas

genitales externas cuando se aplican directamente en ellas. La crema Imiquimod también ha sido aceptada

recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) como

otra droga efectiva para el tratamiento. El Imiquimod trabaja estimulando el sistema inmune (defensa) para

luchar contra el virus.

Investigación actual acerca del Cáncer Cervicouterino dentro de la Alopatía
Un importante estudio del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) actualmente está

evaluando los diferentes enfoques para las mujeres con resultados de la prueba PAP ligeramente anormales.

Los hallazgos ayudarán a las mujeres y a sus médicos a decidir qué curso de acción tomar cuando se presen-

tan anormalidades ligeras en las pruebas PAP. Además, los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer

están probando y validando nuevas maneras de detectar el virus del papiloma humano y los cambios de las

células del cuello del útero relacionados con éste.

    Los científicos del laboratorio del Instituto Nacional del Cáncer están llevando a cabo investigaciones

acerca del virus de papiloma humano para conocer cómo este causa cambios precancerosos en las células

normales y cómo prevenir estos cambios. Los científicos están estudiando el virus de papiloma humano

creado en el laboratorio con la meta de descubrir maneras de controlar la infección o hacer una vacuna co-

ntra el virus. Los científicos han desarrollado varias vacunas prometedoras para papiloma virus afines que

actualmente se están probando en animales. Además, se está intentando descubrir cómo ayudar al sistema

inmune (defensa) de una persona a prevenir que las células anormales se conviertan en cáncer del cuello del

útero. Actualmente sabemos que con el sistema del par biomagnético podemos cuantificar, calificar y pro-

nosticar el estado del paciente en la primera consulta si la necesidad de análisis previos ni estudios de labo-

ratorio.

    Los resultados de las investigaciones en el laboratorio indican que los virus de papiloma humano produ-

cen proteínas conocidas como E5, E6, y E7. Estas proteínas interfieren con las funciones de la célula que

normalmente previenen el crecimiento excesivo. Por ejemplo, el virus del papiloma humano E6 interfiere

con la proteína humana p53. La proteína p53 está presente en todas las personas y actúa para impedir que

los tumores crezcan. Esta investigación puede ser útil en desarrollar maneras de interrumpir el proceso por

el cual la infección de virus del papiloma humano puede llevar al crecimiento de células anormales y even-

tualmente al cáncer.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
201
Epidemiología del Virus del Papiloma Humano
El virus del papiloma humano es un grupo grande de virus de los cuales se han identificado más de 80 tipos,

de éstos cerca de 40 infectan el aparato genital masculino y femenino.

    Estos virus producen infecciones de piel y también afectan las mucosas del tracto anogenital, el oral (bo-

ca, garganta) y respiratorio.

    En la piel las lesiones más frecuentes son las verrugas cutáneas, también llamadas verrugas vulgares y

las verrugas plantares, que son lesiones en las plantas de los pies, a menudo dolorosas.

   Las lesiones anogenitales incluyen las verrugas genitales (condiloma acuminado, cresta de gallo) que

son formaciones carnosas con aspecto de coliflor que aparecen en las zonas húmedas de los genitales. Las

verrugas genitales, por lo común, son causadas por los tipos VPH-11 y VPH-16. Estos tipos de VPH tam-

bién pueden producir verrugas en el cuello del útero, en la vagina, la uretra y el ano.

  En la boca y garganta el virus del papiloma humano produce el papiloma oral y el papiloma laríngeo.

También producen el papiloma de la conjuntiva del ojo y el papiloma nasal.

    Los virus del papiloma humano también están relacionados con varios tipos de cáncer, entre los cuales

se incluyen: cáncer del cuello del útero (cervicouterino) y cáncer de varios órganos, tales como: amígdala,

faringe, esófago, mama, próstata, ovario, uretra y de piel.

   El cáncer del cuello uterino es el segundo cáncer de la mujer en frecuencia en todo el mundo después del

cáncer de mama y es el principal cáncer de la mujer en la mayoría de los países en vías de desarrollo, donde

ocurre el 80% de los casos de cáncer de cuello uterino. Se estima que causa alrededor de 500.000 muertes al

año en todo el mundo. Su frecuencia es mayor en países en desarrollo.

   La investigación médica alopática ha podido demostrar que el virus del papiloma humano es la principal

causa del cáncer invasor de cuello uterino (cáncer cervicouterino) y de neoplasia intraepitelial cervical (NIC 1, 2

y 3). Las neoplasias intra epiteliales o NIC I, II y III son etapas previas al desarrollo del cáncer cervicouterino.

   Los virus de papiloma humano se dividen en dos grandes grupos dependiendo del riesgo que tienen de

provocar lesiones cancerígenas: alto y bajo riesgo.

   Se denomina factor de riesgo a aquel factor asociado con el riesgo de desarrollo de una enfermedad pero

no suficiente para causarla. Es necesario la presencia de otros factores asociados para causar la enfermedad

(conducta sexual, inadecuada nutrición, tabaquismo, etc.)

   VPH de Bajo Riesgo. Virus de papiloma humano de bajo riesgo se les llama a aquellos cuyo riesgo de

provocar cáncer es bajo y son el VPH 6, 11, 40, 42, 53, 54 y 57. Los VPH que provocan verrugas genitales,

también llamado condiloma acuminado y cresta de gallo, están en este grupo.

    VPH de Riesgo Alto. Los virus de papiloma humano de alto riesgo son los que se encuentran con mayor

frecuencia asociados en los casos de cáncer de cuello uterino e incluyen el VPH 16, 18, 31, 35, 39, 45, 51,

52, 56 y 58. De estos tipos el VPH 16 y el 18 son, sin duda, los más importantes dado que se encuentran con

más frecuencia vinculados al cáncer cervicouterino.

    Modo de Transmisión. Las verrugas vulgares pueden auto inocularse. Las verrugas genitales pueden

transmitirse por contacto directo de la piel con las verrugas. Las infecciones en el cuello uterino y en la

vagina por lo general se transmiten por contacto sexual, no obstante hay evidencia de otras formas de conta-

gio como son: mesas de exploración ginecológica, instrumentos médicos inadecuadamente esterilizados, las

perillas de las puertas de los baños, juguetes sexuales, y ahora con la bioenergética podemos saber que tam-

bién las albercas y los baños públicos son puntos de contagio. No obstante, no se ha probado totalmente

estas fuentes de contagio debido a la imposibilidad de cultivar el virus, o una manera de satisfacer a la cien-

cia acerca de la bioenergética y sus bondades.

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
    Otra forma de contagio es de la madre al niño durante el parto en los casos que existen verrugas genita-

les en el canal vaginal. En estos casos puede producirse en el niño un cuadro muy grave denominado papi-

lomatosis laríngea. Este tipo de transmisión del virus es poco común, y de igual forma difícil de comprobar

que es hereditario y /o genético.

    Período de incubación: Es muy variable. Por lo general de dos a tres meses, aunque puede ser de años.

La mayoría de las infecciones transcurren sin lesiones aparentes y desaparecen sin dejar evidencias de la

infección. Un porcentaje pequeño de las infecciones persisten al cabo del tiempo provocando lesiones detec-

tables a simple vista o mediante procedimientos médicos como el Papanicolaou o la colposcopía.

    Frecuencia de la Infección por Virus del Papiloma Humano. Estudios realizados en los Estados Uni-

dos han demostrado que la infección por el Virus del Papiloma Humano es muy frecuente entre la pobla-

ción. Se calcula que un 1% de la población sexualmente activa tiene verrugas genitales; 4% de la población

podrían tener lesiones por VPH si se evalúan mediante la colposcopía; cerca de un 10% de la población

serían VPH positivos aunque tendrían una colposcopía negativa y, por último, un 60% de la población po-

drían tener anticuerpos detectables en su cuerpo que indicarían que en algún momento se han expuesto a

algún tipo de virus del papiloma humano.

   En el mundo la mayor frecuencia de virus de papiloma humano de alto riesgo se encuentran en África y

América Latina (VPH 16, 18, 31, 35, 39, 45, 51, 52, 56 y 58) De éstos el más frecuente en América Latina

es el VPH-16. En Centroamérica y Suramérica también son frecuentes los virus de alto riesgo VPH-33,

VPH-39 y VPH-59.

    Factores de Riesgo asociados al VPH para el Desarrollo de Cáncer Cervicouterino. Como vimos

anteriormente solo una pequeña parte de las infecciones crónicas por VPH evolucionan de neoplasia intrae-

pitelial cervical (NIC) I a NIC II, NIC III y cáncer cervicouterino. Se han encontrado algunos factores de

riesgo asociados al VPH que son determinantes para que esta evolución hacia el cáncer se dé, los más im-

portantes son:

1. Conducta sexual}

2. Consumo de tabaco.

3. Mujeres con alto número de embarazos

4. Sistema inmunológico deprimido.

5. Uso prolongado de anticonceptivos

6. Nutrición

    Conducta Sexual. Se considera el principal factor de riesgo. El inicio precoz de relaciones sexuales (an-

tes de los 20 años) y el número de compañeros sexuales aumentan el riesgo de cáncer cervicouterino. Se ha

demostrado la presencia de VPH cervical o vulvar en un 17-21% de las mujeres con una pareja sexual y en

69-83% de las mujeres con 5 o más parejas sexuales.

   La promiscuidad sexual del hombre también constituye un factor de riesgo dado que en sus múltiples

contactos sexuales se contamina con virus de papiloma que trasmite después a su pareja.

   En población de prostitutas la frecuencia de infección por virus de alto riesgo VPH-16, 18, 31 y 58 es

hasta 14 veces más frecuente que en la población general.

   Consumo de Tabaco. Las mujeres fumadoras tienen un riesgo mayor de padecer de cáncer del cuello

uterino que las mujeres no fumadoras. Estudios de investigación han demostrado que en el moco cervical

(sustancia que reviste la mucosa del cuello del útero) hay una concentración elevada de sustancias prove-

nientes del fumado de tabaco.

   Alto Número de Embarazos. Los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo favorecen el

desarrollo de las infecciones por VPH.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
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   Sistema Inmunológico Deprimido. Factores genéticos o enfermedades como el SIDA, medicamentos,

consumo de drogas, etc. que provocan la depresión del sistema inmunológico de la persona predispone al

desarrollo de neoplasias anogenitales y del cuello uterino ante la presencia de la infección por VIH.

    Uso Prolongado de Anticonceptivos. El uso prolongado de anticonceptivos se ha vinculado con la per-

sistencia de infecciones por virus del papiloma humano. Estudios científicos han estimado que las mujeres

que utilizan anticonceptivos orales por más de 5 años duplican el riesgo de contraer cáncer cervicouterino.

   Factores Nutricionales. Aunque los estudios científicos no son concluyentes se considera que una dieta

baja en antioxidantes, ácido fólico y vitamina C favorece la persistencia de la infección por virus de papilo-

ma humano y la evolución de las lesiones de CIN I a CIN II, III y cáncer cervicouterino.

Recomendaciones Ortodoxas Generales para Prevención del Cáncer Cervicouterino

1. Un control riguroso, periódicamente, mediante el examen de Papanicolaou (al menos una vez al año

o más frecuente si así lo indica su médico).

2. No fumar. El fumado aumenta el riesgo de que las lesiones provocadas por este virus evolucionen

hacia cáncer.

3. No utilizar anticonceptivos orales como método de planificación. Investigaciones médicas han de-

mostrado que el uso de anticonceptivos orales por más de 5 años puede incrementar el riesgo de car-

cinoma cervical hasta 4 veces en mujeres infectadas por VPH.

4. Estimular el sistema inmunológico.

Para ello es conveniente tener una alimentación muy sana y variada.

• Aumentar el consumo de sustancias antioxidantes. Para ello debe comer mucha fruta y verdura: el

tomate, de preferencia cocido es rico en un antioxidante llamado licopeno; otros alimentos ricos en

antioxidantes son las frutas y vegetales rojos y amarillos (ricos en betacarotenos).

• Consumir mucha vitamina C natural presente en el jugo de naranja fresco, limón, tomate, kiwi, fresa.

• Consumir alimentos ricos en fibra vegetal.

• Evitar comer o comer poco carnes en conserva (jamones y similares) y reducir el consumo de carnes ro-

jas.

• Consumir alimentos ricos en ácido fólico. Algunas de las principales fuentes alimentarias de ácido

fólico son los vegetales de hojas verdes (que se deben consumir crudas o poco cocidas), el hígado,

los granos integrales, los cítricos, las nueces, las legumbres y la levadura de cerveza. También puede

consumir el ácido fólico en tabletas. La dosis es de 400 microgramos diarios, para ello puede con-

sumir media tableta de 1mg al día. (lo usual es conseguir tabletas de 1 mg.)

• Evitar el estrés dado que éste baja las defensas del organismo. Se pueden utilizar técnicas para ayu-

dar a manejar el estrés tal como el yoga y la meditación.

• Hacer ejercicio físico al menos 3 veces por semana (caminar, nadar, etc.). El ejercicio físico estimu-

la el sistema inmunitario de su organismo. Si usted sufre de alguna enfermedad crónica, obesidad o

tiene dudas sobre su salud antes de comenzar a hacer ejercicios consulte con su médico.

• No consuma drogas ni alcohol dado que reducen las defensas de su organismo.

• Duerma al menos ocho horas diarias. Si le quita el sueño a su organismo sus defensas bajan.

¿Qué es el Cáncer Cervicouterino para el Biomagnetismo?
Es muy importante tener en mente este concepto dual y sinérgico, del comportamiento bioenergético de los

microorganismos patógenos y de su interrelación funcional y vibracional porque ello nos lleva a concebir

finalmente la fisiopatología del fenómeno tumoral que a grandes pasos nos puede llevar a conclusiones

fundamentales.

1. Ningún virus patógeno por si mismo puede producir cáncer, ni siquiera fenómenos tumorales; solo exci-

taciones celulares e irritaciones tisulares, especialmente del tejido nervioso por su afinidad con este sis-

tema.

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
2. Ninguna bacteria patógena por si misma puede soportar la génesis de un tumor; solamente provoca

lesiones y/o irritaciones de tejidos u órganos, con manifestaciones clínicas especificas como dolor,

edema, disfunción o lesión de tejidos; mas por sus metabolitos que por ellas. Es decir, que ningún vi-

rus y ninguna bacteria generan por si mismos, fenómenos tumorales. Los tumores son una condición

de las células animales y/o vegetales; pero ningún virus ni bacteria pueden por si solos o por productos

metabólicos, inducir un fenómeno tumoral; es por su asociación ordenada.

3. Cuando un virus es patógeno; es decir, que su virón es de ADN, la bacteria no es patógena; pero le

fabrica la mucoproteina (cápside) especifica y le hace resonancia vibracional y energética.

4. Si la bacteria es patógena, el virus es estructural o metabólico; es decir, de ARN. También en estos

casos le hacen resonancia vibracional y energética.

Estos enunciados son de mayor importancia toda vez que: las lesiones celulares no son producidas

directamente por las bacterias, si no por los virus de ARN que les hacen resonancia bioenergética y

por productos metabólicos tóxicos que ellos generan.

5. Los hongos patógenos requieren para su metabolismo y reproducción de cuatro elementos sustanciales;

– Materia orgánica

– Humedad

– Oscuridad relativa

– pH ácido

    Las tres primeras condiciones son naturales de los tejidos pero; el PH ácido generalmente esta dado por

la presencia de virus patógenos, es decir, que se requiere de un virus o mas de ADN para que los hongos se

multipliquen patológicamente y por lo mismo, pueden existir virus patógenos si la presencia de hongos,

pero no hongos sin la presencia de virus.

    Los parásitos en general, se alimentan de bacterias por lo que es necesaria la presencia y estabilidad de

estas para que subsista el parásito; es decir, que pueden proliferar las bacterias sin la asistencia o presencia

de parásitos, pero no pueden existir parásitos sin la presencia de bacterias.

   Todas estas consideraciones nos llevan a concluir que son tres principales factores en la génesis de los

tumores en los tejidos u órganos de los seres superiores.

1. Factores primarios

2. Factores secundarios

3. Factores terciarios

Factores primarios
De irritación y/o lesión de membrana celular y núcleo celular

De ubicación anatómica

De crecimiento lento

De crecimiento rápido

De malignidad

De metástasis

De necrosis
Factores secundarios
1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

Reologismo intratisular.

Radicales libres.

Contaminación ambiental.

Polución ambiental.

Alimentación.

Tabaquismo.

Antitranspirantes.

Virus patógeno

Bacterias patógenas

Bacterias patógenas

Hongos patógenos

Mycobacterium leprae

Seudomona aurioginosa ò Chlostrydium

(En general, Anaerobios)

Parásitos

 

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8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

Drogas permitidas.

Drogas prohibidas.

Conservadores.

Pesticidas.

Radiaciones ionizantes.

Estrés.

Trauma.

Edad.

Sexo.

Raza.

Estatus social y cultural.

Estatus laboral.

Actividad sexual.

Promiscuidad.

Yatrogenia médica o quirúrgica.

Familia.

Religión.

Factores terciarios
Fisiopatología tumoral bioenergética
Teniendo en cuenta todos los factores que intervienen en la génesis del fenómeno tumor, la teoría del Dr.

Isaac Goiz Durán expone una teoría que satisface tanto la génesis del tumor, por lesión de todas las estructu-

ras celulares: membrana celular, citoplasma, membrana nuclear y cromosomas – como la estabilidad meta-

bólica del mismo y por supuesto, la diferenciación final como benigno o maligno; que por supuesto no se

ajusta al concepto ortodoxo de la alopatía en donde el criterio experimental del histopatólogo lo dicta y no

se cuestiona ni se discute.

    Es necesario entender que las bacterias, así como los hongos y por supuesto, los virus, no pueden gene-

rar por si mismos fenómenos tumorales; ni que los tumores son generados a partir de estos microorganismos

sino de células orgánicas, así pues, el primer paso para la génesis tumoral es la alteración de la permeabili-

dad de la membrana celular.

    Gracias al concepto de “ El Par Biomagnético” en donde se comprueba que la dualidad virus – bacteria

existe siempre y en forma no solo organizada sino en resonancia armónica de tal suerte que cuando la bacte-

ria es patógena, el virus es de ARN; en cambio cuando el virus es de ADN o patógeno, la bacteria no lo es.

Así, los virus patógenos son los que logran ablandar o lesionar la membrana celular y llevar a cabo la se-

gunda fase del fenómeno tumoral.

    La alteración del citoplasma y de sus estructuras biológicas como las mitocondrias y la red citoplásmica,

condicionada por la presencia patológica de virus de ADN, de toxinas, de iones negativos y de radicales

libres, provoca fundamentalmente diez fenómenos.

1. Aumento de producción de antígenos.

2. Alteración del pH.

3. Expulsión de iones (+).

4. Absorción de iones (-).

5. incremento del volumen celular.

6. crecimiento anormal de la célula.

7. intoxicación celular.

8. incremento metabólico celular.

9. presencia anormal de ADN citoplásmico.

10. Presencia anormal de ARN citoplásmico.

 

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   La producción de antígenos es un fenómeno celular normal; solo que , cuando la inducción es aumentada

presencia exagerada de los virus de ADN o genéticos, también las estructuras del citoplasma se ven urgidas

en producir mayor cantidad de antígenos, alterando aun mas el pH citoplásmico.

    Quizás la alteración del pH del citoplasma, sea el evento mas significativo de esta fase de alteración ce-

lular, por que ello exige el ingreso de mas elementos iónicos y sobre todo de carga negativa como el Cl-, Br-, Y-

y por supuesto el OH- que llevan a la célula a un cuadro extremo de intoxicación y de distensión celular.

   La inflamación celular exige la sobredistensión de la membrana celular, que la hace aun mas permeable

y permite el ingreso de mayor numero de toxinas, de toxoides, de radicales libres, de iones negativos y de

otro elemento aun mas toxico: los virus estructurales o de ARN.

   Cabe mencionar que los virus pueden ser de ADN y de ARN; los primeros son patógenos, los segundos

son metabólicos. Los primeros son de bajo peso molecular, los segundos son de alto peso molecular. Los

primeros hacen resonancia con bacterias no patógenas y los segundos con bacterias patógenas.

   Este concepto es muy importante porque explica el fenómeno tumoral, de ubicación tumoral y de malig-

nidad tumoral: toda vez que al identificar a la bacteria patógena y por supuesto el par biomagnético que la

soporta, podemos entender como la sobreproducción de toxinas y virus estructurales, inciden selectivamente

en la célula indiferenciada pero con su membrana alterada; no así sobre la misma bacteria reforzada en for-

ma natural por su pared.

Diagnostico Biomagnético
La identificación de los polos biomagneticos obedece a la resonancia energética del polo del imán con el del

organismo en estudio. Dentro del límite energético normal, no hay ninguna manifestación mesurable ni con

imanes del orden de 1000 GAUSS, ni con mayores concentraciones energéticas; porque los tejidos están en

un pH próximo al neutro (7).

   La medición de los polos biomagnéticos hasta la fecha es de aspecto cualitativo e indirecto, pero es la

base para que en un futuro próximo podamos desarrollar equipos electromagnéticos que puedan medir en

forma directa y cuantitativa las alteraciones bioenergéticas producidas por los microorganismos patógenos o

por las disfunciones orgánicas.

   En la practica es conveniente iniciar el rastreo de los órganos estudiados con el polo norte o negativo del

imán rastreador, pero también puede realizarse con el polo positivo, solo que al parecer, los focos biomag-

néticos con polaridad positiva son mas energéticos y únicos; en cambio, los polos negativos son mas suaves

y pueden ser ocasionalmente múltiples; es decir, que un polo biomagnético positivo puede hacer resonancia,

ocasionalmente, con dos o mas polos negativos.

   Lo común es que un polo positivo, solo haga resonancia biomagnética con un polo negativo, y que am-

bos se estén retroalimentando energéticamente.

   En el rastreo el hemicuerpo izquierdo se mantiene fijo en su dimensión, en tanto que el derecho es el que

nos da las manifestaciones de elongación o contracción con lo que podemos definir cualitativamente el ór-

gano afectado.

   Actualmente sabemos de la presencia de 175 pares biomagnéticos plenamente identificados y el trata-

miento efectivo de estos pares por despolarización y de todos los que aun estén en estudio o aun desconocidos.

    La mejor forma de rastrear los polos biomagneticos es con el paciente en decúbito supino sobre una base

firme y especialmente de madera o material aislante para evitar interferencias con los imanes. La ropa debe

de ser ligera y preferentemente de algodón aunque también puede hacerse sobre ropa ligera sintética.

    Basándonos en la etiología del verdadero cáncer por asociación de microorganismos podemos definirlos

de la siguiente manera:

1. Virus patógeno (ADN) + Virus patógeno (ADN)= infiltrado a cavidad potencial.

 

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2.

3.

4.

5.

   Virus patógeno (ADN) + Bacteria patógena u Hongo patógeno = Quiste o pólipo.

Bacteria patógena + Bacteria patógena = Absceso.

Bacteria patógena + Bacteria patógena + Virus Patógeno (ADN)= Displasia.

Bacteria patógena + Bacteria patógena + Bacteria Patógena u Hongo patógeno + Virus patógeno =

Neoplasia benigna.

6. Bacteria patógena + Bacteria Patógena u Hongo patógeno + Mycobacterium leprae + Virus patóge-

no = Neoplasia Maligna o verdadero cáncer.

7. Bacterias anaerobias asociadas o por si mismas = Metastasis.

8. Parásito asociado a la lesión = Necrosis.

Tratamiento Biomagnético del Cáncer Cervicouteino
Seria más fácil el tratamiento y la prevención de las neoplasias si nos ajustáramos a la supuesta etiología de

la enfermedad.

   De igual forma ni el cáncer cervicouterino es causado por el papiloma humano virus, pues quitando o

previniendo esta contaminación se evitaría el cáncer, pero no quemando los condilomas que son manifesta-

ciones del virus asociado a una bacteria patógena; pero el condiloma no es el virus en si, de tal suerte que

quemándolos no se evita su presencia, ni su manifestación, ni su reproducción, ni su asociación patógena,

menos aun cuando estas practicas de quemar la manifestación se asocian a la extirpación del útero y/o de los

ovarios u/o de las trompas y/o de los anexos y/o de la vida.

   Desde el punto de vista del biomagnetismo se ha podido constar que el cáncer cervicouterino es el resul-

tado de la asociación de:

Virus patógeno (papiloma virus, corona virus, parvo virus, herpe 1 virus, retro virus)

+ Chlamydia Trachomatis

+ Entero bàcter cloacae

+ Malassezia furfur

+ Pseudomona aureoginosa

    Estos elementos virales, bacterianos, micóticos, disfuncionales y a veces parasitarios condicionan no so-

lo la patología tumoral sino la mortalidad tan alta en razón, como en todos los casos de tumor, de que se

llega a extirpar el órgano y sus anexos y se ignora el factor etiológico infeccioso con lo que el tumor recidi-

va en otro órgano o sistema y la medicina lo acepta como lógico.

    Si a esto le agregamos la presencia patógena del Mycobacterium leprae que en forma clásica se acepta y

estudia como uno de los principales elementos de lesión epitelial, ya que son clásicas sus manifestaciones a

ese nivel y quizá por ello tenga acción sobre las células indiferenciadas epiteliales y le de origen y sustento

al verdadero fenómeno tumoral maligno o verdadero cáncer.

   Otro de los factores que se asocian al fenómeno tumoral es la disposición del Mycobacterium leprae para

producir lisozima, que es una toxina capaz de irritar y lesionar membranas celulares y tejidos, además de

que genera una enzima especifica: la leprosina.

Falso cáncer cervicouterino
   Paciente de 39 años con síntomas de flujo vagianl, dolor de vientrebaja, hermorrajias, anemia con prueba

de papanicoloa positivo.

Con rastreo Biomagnético se detecta:
Duodeno Riñón Izq

Vagina-Vagina

Recto-Recto

Ciego-Ciego

Trompa-Trompa

Chlamydia Trachomatis

Yesenica pestis

Pseudomona Auroginosa

Trecomonas

Parvovirus

 

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Evolución: La paciente se recupera después de 3 semanas y no hay recidiva en 1 año.
Mioma de utero verdadero
   Paciente con síntomas de anemia papanicolauo positivo, problemas digestivos con pterigion en ojos, in-

flamación abdominal.

Con rastreo Biomagnético se detecto:
Próstata
Próstata
Contra ciego-Contra ciego
Duodeno-Riñon
Mycobacierium Leprac
Recto-papiloma-Virus
Bordetella Pertussis
Chlamidia Trachimalis
    Evolución: En 4 semanas se recupero, sus síntomas desaparecieron. La mande con su medico alópata que lo

iba a operar, le di todas los análisis indicados, comprobando con citas que el biomagnetismo es efectivo.

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