por Pablo de la Iglesia, Ph.D. He escrito este artículo como respuesta a la demanda de una de nuestras lectoras. Realmente, a pesar de que choco a diario con la ineptitud, la corrupción, el cinismo y la negligencia del sistema médico-farmacéutico, no me acostumbro al triste panorama de ver a cientos de miles de pacientes condenados a una vida horrible, simplemente porque para unos pocos su bolsillo vale más que la vida de la mayoría. Es un gusto saludarlos. Disculpen que moleste, pero es que ya estoy desesperada no sé que hacer con mi piel, tengo un problema que al principio pensé era una alergia severa por picazón en la cabeza, cara, cuello, pecho y espalda. Sin embargo después de cuatro años de estar luchando contra esa alergia (con mucha medicina) me comenzaron a salir unas manchas negras en el estomago, en los brazos y piernas. Manchas que van acompañadas de picazón y la piel se pone dura. Una doctora me hizo una biopsia y el resultado fue Esclerodermia. Los doctores me dicen que debo acostumbrarme a esta enfermedad, que para ellos es afortunado que sólo me haya tocado la piel y nada internamente, aunque en varias ocasiones cuando me estoy bañando con agua fría los dedos de las manos se me ponen blancos, como si no tuvieran sangre. Me han dado algunas medicinas y yo sigo tomándolas, pero la picazón no se me quita y me da mucha pena porque mi piel cada vez se mira peor, tengo que escoger bien mi ropa para tapar las manchas. Necesito que me ayuden, que me aconsejen que se puede hacer o que me digan si hay alguien que esté investigando sobre la Esclerodermia con quien yo pueda comunicarme. Muchas gracias desde la ciudad de Guatemala. Alma Palma. La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que ataca los tejidos; en primera instancia esclorasa la piel, pero puede ir afectando los órganos internos y generar trastornos de mucha gravedad. Las causas son desconocidas y suele afectar a las personas jóvenes; como en todas las enfermedades autoinmunes, el estrés y las infecciones predisponen a una mayor incidencia de crisis, por lo que deberían evitarse, o al menos procurar hacerlo en la mayor medida posible. Algunos de los síntomas que ponen de manifiesto el inicio de esta enfermedad son palidez, dedos de las manos y pies azulados o enrojecidos por el frío o el calor, dolor, rigidez e inflamación de los dedos y articulaciones, la característica esclerosación de la piel, cara tensa con aspecto de máscara, problemas para tragar, trastornos digestivos, pérdida de peso, inconvenientes para respirar, ardor o picazón en los ojos, entre otros. Cuando se diagnostica esclerodermia, la respuesta del médico suele ser la misma que le han dado a Alma Palma: ‘Tiene que acostumbrarse a esta enfermedad’, y se le brindan una serie de tratamientos sintomáticos que realmente sirven para muy poco (¡y esto considerando un exceso de generosidad de mi parte!: Medicamentos antinflamatorios no esteroides (AINES) y corticosteroides. Antiácido. Medicamentos para la presión arterial (particularmente IECA) para problemas renales o de hipertensión arterial. Medicamentos para mejorar la respiración. Con frecuencia te dicen, como le sucedió a Alma Palma, que debes estar agradecido porque sólo afectó la piel… ¡pero ocultan que si sigues el tratamiento convencional seguramente la pasarás muy mal! La medicina natural ofrece una respuesta real y efectiva para esta enfermedad. A continuación brindamos algunas alternativas posible Aceites Omega 3 Se trata de sustancias inmunoreguladoras por excelencia. Algunas investigaciones sostienen que diez gramos de aceite de pescado de mar o de Kril (fuente por excelencia de los Omega 3) pueden detener por completo una enfermedad autoinmune. Una vez que alcanzamos este objetivo, una dosis de mantenimiento de tres gramos es suficiente. Hay otras fuentes vegetales de Omega 3, tales como el Lino o la Chía, que si bien son muy deseables, deben administrarse en forma complementaria a los de origen marino, cuya calidad y biodisponibilidad es mayor. Aceites Omega 6 Complemento ideal de los Omega 3; la fuente por excelencia es el Aceite de Onagra, rica en ácido gamalinoleico. Se aconseja suministrar seis cápsulas diarias de medio gramo. Antioxidantes Un completo suplemento antioxidante que incluya vitaminas C y E, betacaroteno, bioflavonoides, zinc, selenio y Coenzima Q10 es infaltable. Esto tiene dos razones a considerar: – En primer lugar, todos estos nutrientes aportan beneficio al curso de la enfermedad y ayudarán a volverla más benigna. – Además, cuando se toman dosis complementarias de Aceites Omega, impera su protección mediante el consumo de antioxidantes. Cartílago de Tiburón Los polisacáridos presentes en el Cartílago de Tiburón son un complemento ideal de los Aceites Omega para modular la inmunidad. Aunque la dosis será indicada por un profesional, se suele recomendar un tratamiento de choque no inferior a los seis gramos diarios, consumidos en dos o tres tomas y siempre antes de las comidas. MSM Se trata de un compuesto natural azufrado cuyos beneficios para la salud general, para la piel en particular, y en especial para regular la inmunidad, son incontestables. Se suelen recomendar dosis de choque de hasta dos gramos e ir disminuyendo hasta los 200 o 500 Mg. diarios. Además del uso interno, es de gran valor como aplicación externa. Sus efectos terapéuticos propiamente dichos se potencian en sinergia con otros componentes ya que una de las virtudes del MSM es ayudar a los demás principios activos a penetrar a través de la barrera de la piel. En este sentido el MSM es ideal en fórmulas que contengan Aloe Vera, antioxidantes o Rosa Mosqueta, sustancias todas de gran beneficio en la Esclerodermia. Entre los alimentos que aportan dosis interesantes de MSM podemos citar el ajo, la cebolla o los espárragos, más en caso de padecer Esclerodermia sugerimos recurrir a una fuente complementaria. Una buena alimentación que evite las grasas saturadas e hidrogenadas y privilegie los aceites de primera prensada es el primer paso vital, a partir del cual toda la estrategia de complementos cobra sentido; en ese sentido, la dieta debe ser similar a la que sugiero en mi libro ‘Esclerosis Múltiple, su tratamiento según una visión física, psicológica y espiritual’ (Ediciones Obelisco), ya que ambas enfermedades tienen características comunes. De ningún modo hay que caer en la absurda trampa de la inmunosupresión ya que cualquier infección, por pequeña que sea, predispone a una nueva crisis; las defensas tienen que ser fortalecidas de forma natural con sustancias que a su vez actúan como poderosos antiinflamatorios, tales como el Propolis, la Uña de Gato, Ajo, Limón o Pau D’arco. Me extiendo sobre este tema en el libro ‘Estimula Tu Inmunidad Natural’ (Ediciones Obelisco). Mi último consejo a quienes padecen esta grave enfermedad, es que miren al monstruo de frente. Con una actitud positiva y abierta, utilizando los recursos naturales y siendo consistentes en nuestra estrategia, los resultados en el tratamiento de la Esclerodermia son excelentes. Pablo de la Iglesia es autor de los libros “Recuperar la Salud” (Editorial Errepar), “Esclerosis Múltiple, su tratamiento según un enfoque natural” (Ediciones Obelisco), “Estimula Tu Inmunidad Natural” (Ediciones Obelisco) y “Cáncer, su prevención y tratamiento natural” (Ediciones Libertarias); para contactar con el autor puede enviar un correo a
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