Dos estudios sugieren que los pacientes con diabetes tipo 2 perderían menos grasa abdominal con un programa de ejercicio que las personas sin la enfermedad.
A pesar de haber logrado una aptitud física similar, después de seis meses de ejercicios aeróbicos y de resistencia, los diabéticos eliminaron sólo un 4 por ciento de la grasa abdominal, mientras que los no diabéticos perdieron el 13 por ciento.
La diferencia se atribuiría a un gran cambio de la composición de la grasa visceral en el segundo grupo.
«Podría ser una combinación del metabolismo alterado y ciertos fármacos que usan los diabéticos que inhiben la capacidad de eliminar ese tipo de grasa», explicó Kerry Stewart, autor principal del estudio.
«Los médicos deberían alentar a los diabéticos a hacer ejercicio, pero se trataría más de un uso más adecuado de los medicamentos para controlar factores como la presión».
La grasa abdominal, en especial la visceral, disminuyó significativamente menos en los diabéticos que en aquellos participantes sin la enfermedad. Esto quiere decir que los diabéticos deberían mejorar significativamente su consumo máximo de oxígeno para reducir la grasa abdominal.
«Cuando aparece la diabetes, los pacientes enfrentan una batalla cuesta arriba que exige ajustar aún más los cambios del estilo de vida y el uso de medicamentos», dijo Stewart.
Pero los autores aclaran sin embargo que eso no quiere decir que los médicos no deberían presionar a sus pacientes a hacer ejercicio.
«El objetivo principal para las personas con diabetes tipo 2 debería ser hacer suficiente ejercicio, del tipo adecuado, para aumentar así la sensibilidad a la insulina» e incorporar otras estrategias para adelgazar.
¿Y no será que hay bacterias que pueden contribuir tanto a acumular moco y grasa como a generar diabetes, y ninguna de estas dos resultantes va a desaparecer por mucho que el paciente haga ejercicio físico?