Las Puertas del Cielo Un guerrero, un samurai, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó:»¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Dónde están las puertas que llevan a ellos ? ¿Por dónde puedo entrar?». Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosa La vida y la muerte. Él no había venido a aprender ninguna doctrina; sólo quería saber dónde estaban las puertas, para poder evitar el infierno y entrar en el cielo. Hauikin le respondió de una manera que sólo un guerrero podía haber entendido. ¿Quién eres? le preguntó Hakuin. «Soy un samurai, le respondió el guerrero, hasta el emperador me respeta». Hakuin se río y contestó «¿Un Samurai, tú?. Pareces un mendigo». El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para qué había venido. Sacó su espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste dijo: «Esa es la puerta del infierno. Esa espada, esa ira, ese ego, te abren la puerta». Esas son las cosas que un guerrero puede comprender. Inmediatamente el samurai entendió. Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo: «Así se abren las puertas del cielo». La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene tiene la capacidad de convertirse en cualquiera de ellos. Pero la gente sigue pensando que existen en alguna parte, fuera de ellos mismos…El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren…en un segundo se puede ir del cielo al infierno, del infierno al cielo. Carlos A. Luissi METZEN Y SENA S.A. . cluissi@…
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