Armonización Por Selena La Armonización consiste en la modulación de las energías del cuerpo. Dentro de este empleadísimo, como complejo, método encontramos variantes según la cultura y la religión. En el oriente, el sistema de “Alineación de Chakras” o “Centros Energéticos”, tiene varios milenios de utilización. Por supuesto, lo que hoy día conocemos respecto de este antiquísimo método, no es su estado puro en el que fue concebido, sino más bien reconstruido; pero la base y el fin de la armonización de estos centros de energía circular, ha sido y es la misma; esta base es balancear los Chakras en forma tal de armonizar el cuerpo etéreo (o espíritu) y el cuerpo físico. El fin es el conocimiento, a través de este balance, de la energía que influye sobre nuestros “cuerpos” (me refiero al cuerpo etéreo y físico, como dije anteriormente) para hacerla actuar de la manera correcta y hacerla actuar, también, sobre otras personas. En el occidente, dentro de la cultura indo-europea, los griegos tenían un sistema muy similar (posiblemente el mismo, como consecuencia de la comercialización ya que de India provenían la mayoría de las especias, con algunas variantes). Similar desde el punto de vista de que el sistema hindú tiene 7 centros energéticos ubicados a lo largo de la columna vertebral en la misma posición que el sistema oriental, con la variante que en el sistema griego encontramos dos centros energéticos más, ubicados en el centro de cada palma de la mano. En total, 9 centros energéticos. La Armonización no solo emplea estos sistemas de balance de Chakras o centros energéticos del cuerpo, sino que también emplea el contacto con fuerzas externas con las cuales el practicante entra en relación absorbiendo parte de su energía para incorporarla y, así, balancear o incrementar la suya. También puede realizar una operación inversa con el mismo fin o con el fin de dirigir energía hacia un objeto o Ser. Teniendo estos puntos en cuenta, y aclarando que existen muchos más sistemas que los dos mencionados hasta el momento, vamos a fijarnos –tal vez- en el más conocido que es el método hindú del balance de Chakras. Dijimos, hasta el momento, que son 7 los centros energéticos de esta sistema y que, los mismos, se distribuyen a lo largo de la columna vertebral. Vamos a imaginar una flor, y a empezar a describirla desde la “semilla”. Así, tenemos los 4 primeros centros energéticos que serían: la raíz, la salvia, el tallo y las hojas de nuestra flor. Estos 4 primeros centros se relacionan con los 4 elementos de la vida: Tierra, Agua, Fuego y Aire. Y, en conjunto, se los conoce por el nombre de ‘Cuadruplicidad” y son: Raíz, Sacral, Solar, y del Corazón; en Hindú, respetando el mismo orden, serían: Muladhara, Syadhisthana, Manipura y Anahata. El centro Raíz, esta ubicado en la columna vertebral. Y, a este nivel, “(…) las energías que se manifiestan en el sistema humano han alcanzado su más baja tasa vibratoria” (como dice Peter Rendel, en su libro “Introducción a los Chakras”). El elemento relacionado con este Chakra es Tierra (o en terminología hindú “tattwa”); por eso este centro tiene la cualidad de resistencia y peso de lo sólido. Cuando este Chakra esta correctamente balanceado, no existe el temor, la inseguridad o la insatisfacción, nervios, etc. Cuando alguno de estos sucesos ocurren, es porque las energías no circulan correctamente por nuestro centro inferior. Este Chakra se relaciona con todo lo que sea sólido en nuestro cuerpo: huesos, dientes, uñas. La música ayuda mucho a la hora de balancear nuestros centros energéticos y, como lo indiqué anteriormente y vuelvo a reiterar que las energías que se manifiestan en este centro energético alcanza la tasa vibratoria más baja, las notas musicales que se deben utilizar deben ser graves. El Chakra que le sigue en ascensión es el Sacral. Éste esta ubicado en el nivel del Sacro (y de allí su nombre). Toda esta zona corporal esta relacionada con la experiencia del tattwa agua; con esto me refiero a que este centro energético esta conectado con las funciones líquidas del sistema como por ejemplo la orina y el semen. Tengamos en cuenta que el elementos agua es uno de los elementos más fundamentales para nuestra existencia. Por eso, cuando las energías de este centro acuoso se encuentran desalineadas, posiblemente estemos enfrentando una enfermedad relacionada con el endurecimiento o secamiento, como la artritis; infecciones urinarias y de riñón. Durante el embarazo es muy positivo que las mujeres trabajen las energías de este centro y lo ‘cuiden’ dedicándole algunos minutos todos los días que, no forzosamente, deba ser por medio de un ejercicio de visualización o meditación, sino que una música entre grave y aguda, en la que estén presentes sonidos relacionados con el agua, como el mar, ríos, etc. Ayuda a que las energías del mismo, funcionen correctamente. Este Chakra se relaciona con el sentido del gusto. El centro Solar, esta ubicado en la columna vertebral al nivel del Plexo Solar. Relacionado con el elemento Fuego, es que experimentamos, en este nivel, las cualidades de expansividad, calidez y entusiasmo. Este centro esta relacionado con los órganos digestivos del estómago hacia abajo. Por eso si una persona quien aún ingiriendo grandes cantidades de alimentos, no absorbe las energías necesarias de los mismos, se debe a que este Chakra no esta funcionando debidamente. Los mareos y problemas visuales están íntimamente relacionados con la alimentación; no es extraño, entonces, suponer que este tattwa o elemento este relacionado con la vista. Para balancear este centro energético es recomendable la utilización de meditaciones con visualización, ayudados por elementos externos como velas rojas o piedras que posean la cualidad del tattwa fuego. El Chakra del Centro del Corazón esta localizado en la columna vertebral, aproximadamente al nivel del esternón. Los Griegos relacionaban este Chakra con los pulmones más que con el corazón mismo, ya que el tattwa que lo representa es el Aire, teniendo en cuenta que al nivel del corazón (recordemos que el corazón se halla prácticamente debajo y entre los dos pulmones) “(…) experimentamos cualidades de airosidad, movilidad, suavidad y ligereza.” (Peter Render “Introducción a los Chakras”) Hasta acá tenemos lo que los Griegos denominaban, y citando a John Opsopaus, “Alma Mortal o Inferior”. Los centros que siguen a continuación son tres y en el sistema hindú son conocidos por el nombre de “trinidad”. El centro de la Garganta, decía Platón, es el ‘límite’ o ‘frontera’ entre esta “alma mortal o inferior” y el “alma divina o superior”. Él decía que este centro permitía la “comunicación” entre ambas partes (lo que hasta ahora vimos como “cuadriplicidad” y “trinidad”) pero además era la “barrera” que el ‘alma inferior’ debía traspasar para alcanzar el ‘alma superior’. “Visuddha” en hindú significa “purgatorio” o “purificación” y nos lleva a la idea de pensar que el alma inferior, para alcanzar o elevarse hacia el alma superior, debe purificarse a través de este centro energético. Podríamos decir que este Chakra es un puente, entre los cuatro elementos inferiores y el principio del pensamiento, representado en el Chakra de “Tercer Ojo”. Como lo dice su nombre, se encuentra ubicado en la columna vertebral al nivel de la garganta. Este Chakra representa al tattwa Éter que, justamente, sería la ‘culminación o ‘elevación’ de los cuatro tattwas o elementos inferiores. Debemos recordar que los cuatros elementos (Tierra, Agua, Fuego y Aire) devienen del mismo Éter y a quien vuelven cuando su período de actividad termina, para que otro elemento se manifieste en su lugar. Este centro energético esta relacionado con el sentido del oído. Debemos recordar que el sonido es la más potente de las cinco vibraciones inferiores y las afecta a todas. La voz puede emitir sonidos relacionados con las vibraciones de cualquiera de los 4 centros inferiores, afectándolos. Trabajando nuestra propia voz y aprendiendo a escuchar la de otros, podemos aprender mucho sobre este centro y su influencia sobre los 4 básicos. El centro del Tercer Ojo esta ubicado en un punto de la frente, en medio de ambas cejas, y su función podemos explicarla con solo decir su nombre sánscrito ‘Ajna’ que significa ‘mando’. Una vez alcanzado este nivel y trabajado adecuadamente (lo cual puede llevar mucho más tiempo del que podríamos imaginar), podemos controlar sobre los centros inferiores. En épocas homéricas, en Grecia, este centro era considerado la ‘sede de la mente’ ya que en este nivel experimentamos la mentalización; que sería “(…) el flujo de imágenes mentales e ideas abstractas que entran y salen continuamente de la mente.” (Peter Render, “Introducción a los Chakras”) El poder del pensamiento, es fuertísimo y se manifiesta a través del Éter. Peter Rendel dice en su libro “nos convertimos en aquello que pensamos”. En pocas palabras, y citando una vez más a Rendel “(…) todo lo que existe a nivel material, y que es perceptible a los sentidos, se ha formado previamente como imagen mental en la mente de su creación”. Por supuesto, si afirmamos que para crear cualquier cosa sólo es necesario pensar en su existencia, tenemos que decir también que esta afirmación cubre un enorme campo de aplicación práctica y esfuerzo. En otras palabras, es muy difícil controlar el pensamiento de tal manera que sólo forme las imágenes que queremos y no otras. Este centro es el más utilizado a nivel Mágico, ya que a través de él es que visualizamos el objetivo a alcanzar y ‘creamos’ o cambiamos, a voluntad, los sucesos y curso de las cosas –vale aclarar- bajo nuestra entera responsabilidad sabiendo que, por toda acción existe una reacción. Es importante mencionar, antes de terminar con este Chakra, que el mismo se halla íntimamente relacionado con los símbolos. “(…) Un símbolo es una llave con ayuda de la cual podemos contactar con una cualidad particular que deseamos utilizar.” En pocas palabras, lo que Rendel intenta decirnos, es que quienes están acostumbrados a enfocar la mente en los distintos centros energéticos, el ‘sanarlos’ o balancearlos podría llegar a ser un proceso prácticamente automático; y este proceso podría –y debería- facilitarse con la utilización de un símbo que tenga relación con el tattwa del Chakra en cuestión. Como los símbolos son muy subjetivos en cada persona es importante que cada quien trabaje con sus propios símbolos mentales. El último de los Chakras, en relación ascendente, esta ubicado en la parte superior de la cabeza y por eso se lo denomina “centro de la corona” o “chakra de la coronilla”. El mismo se encuentra “(…) en correspondencia con la posición de la glándula pineal.” (Peter Render, “Introducción a los Chakras”). Y representaría la mas alta tasa vibratoria de energía en nuestro cuerpo. Podemos ver como el arte ha representado este centro como un halo que rodea la cabeza de personas que han alcanzado un nivel espiritual muy alto (en el cristianismo tenemos el ejemplo de los santos). Alcanzando y dominado este centro energético ocurre lo que llaman “Matrimonio Místico o Alquímico” en el que “El ser superior se ha unido con el superior transmutando las energías desde los centros inferiores al superior.” Y, en términos hindúes, podríamos decir que se trata de la Unión del Purusha y el Prakriti. En este nivel experimentamos la experiencia del Yo Soy. Existen muchas prácticas complejas como la Yoga o Hata Yoga para conocer a fondo, conectarnos y balancear nuestros centros energéticos y, la verdad es, que son años de práctica para alcanzar el control de los últimos dos Chakras que mencionamos. Aún así, vale la pena seguir algún sistema que nos ponga en contacto con nosotros mismos, con las energías que rigen nuestro cuerpo, comprenderlas para comprender a otros.
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