El término virus se utilizó en la última década del siglo pasado para describir a los agentes causantes de enfermedades más pequeños que las bacterias. Carecen de vida independiente pero se pueden replicar en el interior de las células vivas, perjudicando en muchos casos a su huésped en este proceso. Los cientos de virus conocidos son causa de muchas enfermedades distintas en los seres humanos, animales, bacterias y plantas. La existencia de los virus se estableció en 1892, cuando el científico ruso Dmitry I. Ivanovsky, descubrió unas partículas microscópicas, conocidas más tarde como el virus del mosaico del tabaco. En 1898 el botánico holandés Martinus W. Beijerinck denominó virus a estas partículas infecciosas. Pocos años más tarde, se descubrieron virus que crecían en bacterias, a los que se denominó bacteriófagos. En 1935, el bioquímico estadounidense Wendell Meredith Stanley cristalizó el virus del mosaico del tabaco, demostrando que estaba compuesto sólo del material genético llamado ácido ribonucleico (ARN) y de una envoltura proteica. En la década de 1940 el desarrollo del microscopio electrónico posibilitó la visualización de los virus por primera vez. Años después, el desarrollo de centrífugas de alta velocidad permitió concentrarlos y purificarlos. El estudio de los virus animales alcanzó su culminación en la década de 1950, con el desarrollo de los métodos del cultivo de células, soporte de la replicación viral en el laboratorio. Después, se descubrieron numerosos virus, la mayoría de los cuales fueron analizados en las décadas de 1960 y 1970, con el fin de determinar sus características físicas y químicas. Los virus han sido descritos como «organismos en el borde de la vida».En general, se considera que no están vivos, aunque no hay un acuerdo unánime. Los virus se asemejan a otros organismos en que poseen genes y pueden evolucionar por selección natural. Se pueden reproducir mediante la creación de múltiples copias de sí mismos a través de autoensamblaje. Sin embargo, los virus no tienen una estructura celular, considerada generalmente como la unidad básica de la vida. Además, aunque se reproducen, no tienen metabolismo y requieren de una célula huésped para replicarse y sintetizar nuevos virus. Sin embargo, algunas especies bacterianas, como Rickettsia y Chlamydia, se consideran organismos vivos a pesar de que no son capaces de reproducirse fuera de una célula huésped. Un posible criterio es considerar seres vivos a aquellos que usan la división celular para reproducirse, en comparación con los virus que se ensamblan espontáneamente. Esto establece la analogía entre el autoesamblado viral dentro de las células huésped y el crecimiento autónomo de los cristales. Sin embargo, el autoensambldo de los virus tiene implicaciones para el estudio del origen de la vida, ya que da credibilidad a la hipótesis de que la vida podría haber comenzado mediante el autoensamblado de las moléculas orgánicas. Si se considera que los virus están vivos, la cuestión se podría ampliar para discutir si las partículas infecciosas más pequeñas, como los viroides y priones, están vivas. Origen de los virus La posición de los virus como frontera entre lo vivo y lo inerte plantea a los científicos el problema de su origen. El origen de los virus modernos no está del todo clara; quizás un único mecanismo no pueda responder a esta cuestión. Como no fosilizan, las técnicas moleculares son los métodos más útilizados para hipotetizar su origen. Dos principales hipótesis existen en la actualidad: * Los virus serían los primeros seres, en la historia de la evolución de lo inerte a lo vivo, que lograron reunir con eficacia las funciones de replicación, transcripción y traducción. Serían, pues, los organismos menos evolucionados. * El hecho de que los virus solamente puedan realizar esas tres funciones vitales en el interior de células vivas, lleva a pensar que los virus no pudieron existir antes de que aparecieran las primeras células, por muy simples que éstas fueran. Los virus con sólo unos pocos genes podrían ser partes de ácido nucleico procedentes del genoma de un organismo vivo. Su material genético podría haberse derivado de elementos genéticos transferibles, tales como plásmidos o transposones, que pueden entrar y salir de los genomas. Nuevos virus podrían surgen en cualquier momento, y por tanto, no siempre los virus tendrían antepasados. Los virus con genomas más grandes, como los poxvirus, pueden haber sido una vez pequeñas células que parasitaron células más grandes. Con el tiempo, pudieron perder los genes no requeridos para su estilo de vida parasitaria en un proceso de simplificación conocido como evolución retrógrada. Las bacterias Rickettsia y Chlamydia son células vivas que, al igual que los virus, sólo se puede reproducir dentro de una célula huésped. El estilo de vida parasitaria de estos organismos les ha ocasionado una pérdida de genes que en el pasado les habrían permitido sobrevivir fuera de la célula huésped. Estos ejemplos prestan credibilidad a la hipótesis de la simplificación. El descubrimiento de otras formas acelulares ha aportado nuevas luces al origen de los virus, pero no ha servido para solucionar la disyuntiva planteada REPRODUCCIÓN DE LOS VIRUS La única función que poseen los virus y que comparten con el resto de los seres vivos es la de reproducirse o generar copias de sí mismos, necesitando utilizar la materia, la energía y la maquinaria de la célula huésped, por lo que se les denomina parásitos obligados. No poseen metabolismo ni organización celular, por lo que se les situa en el límite entre lo vivo y lo inerte. Los virus una vez infectan a una célula,pueden desarrollar dos tipos de comportamiento, bien como agentes infecciosos produciendo la lisis o muerte de la célula o bien como virus atenuados, que añaden material genético a la célula hospedante y por lo tanto resultan agentes de la variabilidad genética. Ultima noticia Un virus no sólo puede infectar a organismos de otras especies, sino también a otros virus, lo que les permitiría obtener genes del virus atacado y así evolucionar genéticamente. EFE Un equipo investigador de la Universidad del Mediterráneo de Marsella (Francia) descubrió este hasta ahora desconocido tipo de virus, al que ha llamado virófago, según explica en el último número de la revista científica británica «Nature». Cuando observaban a través del microscopio electrónico una ameba infectada por una cepa de mimivirus -el virus más grande que se conoce-, la de los mamavirus, los científicos descubrieron que un pequeño virus, que bautizaron Sputnik, estaba pegado a la «factoría de virus» que aquéllos habían establecido en la ameba. Una factoría de virus es una estructura parecida al núcleo de una célula: se trata de un lugar donde algunos virus se multiplican, en este caso los mamavirus, que serán los atacados por Sputnik. En el centro de esta factoría se multiplican los nucleótidos virales y en la periferia se da la producción de proteínas, especialmente de la cubierta proteica del virus, así como el encapsulamiento del material genético. En declaraciones a Efe, el director de la investigación, Bernard La Scola, explicó que cuando Sputnik entra en la ameba, infecta la factoría del mamavirus y, aunque no lo mata, reduce su producción de virus y hace que nazcan formas anormales y abortivas del virus. Sputnik, que no es capaz de infectar a la ameba por sí mismo, «secuestra» al mamavirus y lo debilita, restándole capacidad infecciosa, para conseguir su objetivo: su propia replicación. Scola indicó que aún desconoce cómo Sputnik entra en la ameba, aunque apuntó a que podría hacerlo dentro de partículas vacías del mamavirus. Lo que sí sabe es que este proceso de ataque de un virus a otro se da de forma natural y que Sputnik puede infectar a más virus aparte del mamavirus. Además, tras observar el genoma del virus invasor, descubrió que Sputnik, integrado por sólo 21 genes, había «saqueado» información genética de su virus huésped y de otros organismos, «lo que representa uno de los casos más sorprendentes de mezcla y acoplamiento de genes en el mundo vírico». En un comentario aparte, la revista «Nature» explica que este nuevo descubrimiento reaviva el debate de que los virus son seres vivos, dado el hecho de que pueden enfermar. Amauri Ricardo Lòpez Rosas Agua Cristal Liquido Cel : 4421215450 http://www.aguacristalliquido.es.tl
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