Bienvenido al Curso de Biomagnetismo
IMPACTO DEL PAR BIOMAGNÉTICO EN UNA PACIENTE DIAGNOSTICADA COMO DIABETES TERMINAL

IMPACTO DEL PAR BIOMAGNÉTICO EN UNA PACIENTE DIAGNOSTICADA COMO DIABETES TERMINAL

 

IMPACTO DEL PAR BIOMAGNÉTICO EN UNA PACIENTE

DIAGNOSTICADA COMO DIABETES TERMINAL

Héctor Everardo Reyes Alcalá
Presentación
Esta Tesina se elaboró para obtener el “Diplomado en Biomagnetismo y Bioenergética”, con el interés de

reforzar los conocimientos obtenidos durante el curso de segundo nivel. Se tomó como referencias las defi-

niciones dadas durante el curso, y las experiencias personales en la atención de pacientes. Considerando la

magnitud de los daños que causa la enfermedad conocida como diabetes mellitus, se tomó la decisión de

elaborar esta Tesina, presentando en el Biomagnetismo Médico una opción certera para el tratamiento opor-

tuno de ésta.

    El objetivo de desarrollar este estudio es contribuir a incrementar el conocimiento de las alternativas de

tratamiento para esta enfermedad, en este caso, usando los pares biomagnéticos y mejorar la calidad de vida

de la paciente elegida para el estudio.

    De la práctica personal se eligió a una paciente con Diabetes, que evolucionó a insuficiencia renal, para

reportar el tratamiento que se le dio en el gabinete del terapeuta aplicando los conocimientos adquiridos. En

éste documento pretendo presentar esta experiencia para compartirla con maestros y alumnos.

   La metodología utilizada es de revisión bibliográfica y presentación de 1 paciente de diabetes mellitus en

fase terminal, tratada con el par biomagnético.

   Ésta experiencia es valiosa dada la importancia del padecimiento y sus complicaciones, así como la re-

percusión que se lograría con la técnica de aplicación del par biomagnético en esta enfermedad, no solo en

pacientes de etapa terminal, sino también con pacientes detectados por éste mismo método en etapas tem-

pranas.

Contexto teórico conceptual e histórico
Diabetes, Conceptos y definiciones
Diabetes: Término genérico que se refiere a un grupo de afecciones caracterizadas por excesiva secreción de

orina y sed intensa. Diabetes es aquella situación en la que los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre están

aumentados. A la glucosa que circula por la sangre se la llama glucemia.

    Diabetes mellitus: Trastorno del metabolismo de los hidratos de carbono, secundario a hipoproducción o

resistencia al efecto biológico de la insulina, caracterizado por hiperglucemia, glucosuria (presencia de glu-

cosa en la orina), sed intensa, hiperorexia, adelgazamiento progresivo, afecciones de la piel (de carácter

gangrenoso a menudo), neuralgias, prurito, acidosis y coma; la enfermedad es crónica y ordinariamente era

fatal antes del descubrimiento de la insulina.

   El término diabetes mellitus derivado del griego consta de dos términos: Diabetes: cuyo significado es

evacuar gran cantidad de líquido y Mellitus: que quiere decir miel. Es decir, indica la expulsión de gran

cantidad de líquido (orina) con sabor dulce por el exceso de azúcar presente en ella.

 

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   Un nivel de glucosa normal en la sangre en ayunas es de entre 70 y 110 mg/dl, y se le conoce con el

nombre de “normoglucemia”. El nivel de glucemia después del ayuno nocturno se llama Glucosa Basal. A los

niveles de glucosa bajos en la sangre (nivel de glucosa por debajo de 55mg/dl) se le llama “hipoglucemia”.

    A valores anormalmente altos de glucosa en la sangre (superior a 110mg/dl en ayunas) se le conoces con

el nombre de “hiperglucemia”.

    Todas las células del cuerpo necesitan energía para estar en activo, mantener las funciones vitales (como

el latido cardíaco, movimientos digestivos, respiración…) y además mantener la temperatura corporal y los

movimientos musculares. La glucosa es la principal fuente de energía para el cuerpo humano, como la gaso-

lina lo es para mantener el motor del automóvil en marcha.

   La glucosa entra en el organismo con los alimentos. Con la digestión, a lo largo del tubo digestivo se po-

ne en marcha una cadena de transformaciones químicas que convierte los alimentos en nutrientes y estos en

elementos más pequeños: hidratos de carbono, y después en glucosa.

   Los alimentos transitan por el tubo digestivo y, al llegar al intestino delgado, la glucosa pasa a la sangre,

y el torrente circulatorio se encarga de transportar la glucosa al Hígado, donde se guarda como glucosa de

reserva, y a todas las células del cuerpo.

    Para entrar a las células y ser utilizada como energía, la glucosa necesita la mediación de la “insulina”.

El cerebro y las células del tejido nervioso son las únicas de todo el cuerpo que reciben glucosa directamen-

te del torrente sanguíneo sin la mediación de la insulina.

   La insulina es una hormona del aparato digestivo que tiene la misión de facilitar que la glucosa que cir-

cula en la sangre penetre en las células y sea aprovechada como energía. La insulina se produce en el pán-

creas, concretamente en las células beta pancreáticas. El páncreas es una glándula situada detrás del

estomago, al mismo nivel que el hígado, pero en la parte izquierda de la cintura. Cuando se empieza a co-

mer alimentos que contienen hidratos de carbono, se activan unos sensores y el páncreas empieza a producir

insulina que libera directamente a la sangre.

Para que la insulina sea efectiva deben cumplirse dos condiciones:

1. Que el páncreas segregue insulina en cantidad suficiente.

2. Que las células la identifiquen y permitan su acción.

   El páncreas, entre otras sustancias, segrega la insulina y también el glucagón. El glucagón es otra hor-

mona que tiene el efecto exactamente contrario al de la insulina. Es hiperglucemiante (hace subir los niveles

de glucosa en la sangre)

Descripción
Esta enfermedad está subdividida en dos grandes grupos: Diabetes Mellitus no Insulino Dependiente

(DMNID) y Diabetes Mellitus Insulino Dependiente (DMID).

   En el proceso de descripción debemos tener en cuenta las características de cada uno de los dos subgru-

pos:

Diabetes Mellitus No Insulino Dependiente:

• Suele aparecer por encima de los 45 años de edad

• Presenta un componente genético

• Puede ir acompañada de obesidad o no

• Presenta tasas de glucemia (azúcar en sangre) menores que la Diabetes Mellitus Insulino Dependien-

te

• Habitualmente se puede controlar con la dieta y agentes hipoglucemiantes

 

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Diabetes Mellitus Insulino Dependiente:

• También conocida como Juvenil

• Suele presentarse por debajo de los 35 años de edad y frecuentemente en las dos primeras décadas

(0-20 años) de la vida.

• Suele acompañarse de delgadez

• Se controla con insulina, dieta y ejercicio.

Causas
La causa en ambos grupos, se debe a la ineficacia de la insulina, ya sea por que no se libere en la cantidad

necesaria o porque su estructura (forma) no sea la correcta.

    Diabetes Mellitus No Insulino Dependiente. En ella se ha relacionado un componente genético que a

partir de los 45 años de edad conlleva la alteración de la forma de la insulina, por lo que ésta no ejerce bien

su acción. El fenómeno por el que no realiza su acción se conoce con el nombre de Resistencia Periférica a

la Insulina, es decir, que los lugares donde tiene que unirse en las células del cuerpo (receptores) no la reco-

noce y por lo tanto no se une o lo hace mal.

   Diabetes Mellitas Insulino Dependiente. En el desarrollo de este proceso se han involucrado factores

genéticos, infecciosos e inmunológicos que desencadenan la destrucción de las células ß del páncreas en-

cargadas de producir la insulina. Su destrucción trae consigo la falta de insulina.

Tratamiento
La diabetes es una enfermedad crónica y, hoy por hoy, bajo el punto de vista de la medicina alopática o de

patente, incurable. Control mediante dieta, insulina o algún hipoglucemiante oral.

    Una vez detectada la diabetes, los cuidados son enfocados a evitar la aparición de los efectos colaterales

del procesos, tales como: nefropatía (afectación del riñón), retinopatía (afectación de los ojos), aterosclero-

sis (afectación de los vasos y mayor posibilidad de desarrollar ataques al corazón y anginas de pecho), etc.

    Estos cuidados se basan en seguir estrictamente las recomendaciones del médico en lo referente a dieta,

tratamiento farmacológico y ejercicio. .

Biomagnetismo, Conceptos y definiciones
El Biomagnetismo Médico es un procedimiento de orden físico que estudia, detecta, clasifica, mide y corri-

ge las alteraciones fundamentales del PH (potencial de hidrógeno) de los organismos vivos y específicamen-

te de los organismos humanos.

Antecedentes
El magnetismo es una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. Éste fenómeno se produce por

el movimiento de partículas cargadas, como los electrones, manifestando así una estrecha relación entre el

magnetismo y la electricidad; por lo tanto, toda la materia presente manifestaciones del magnetismo, desde

imperceptibles, pasando por las sutiles, hasta las fuerzas de gran magnitud.

   El fenómeno del magnetismo ya era conocido, desde tiempos antiguos, por los griegos, los romanos, los

chinos, y las principales culturas del Continente Americano.

    Los imanes naturales, y los fabricados artificialmente, están “polarizados”: es decir, que cada uno de

ellos tiene dos partes o extremos llamados polos norte (negativo) y sur (positivo). Los polos iguales se re-

 

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pelen, y los polos opuestos se atraen. Esta propiedad fue considerada mágica, por lo que se utilizó en la

fabricación de amuletos para repeler la mala suerte y como talismán para atraer la fortuna.

    La aplicación práctica del magnetismo, más antigua, se debe a la cultura china, donde se inventó la brú-

jula, la cual se empezó a utilizar en Occidente como instrumento de navegación hace unos 700 años. En el

siglo XIII, el francés Petrus Peregrinus realizó importantes investigaciones sobre los imanes; y sus descu-

brimientos no se superaron en casi 300 años, hasta que el físico u médico británico William Gilbert observó

que la tierra se comporta como un gigantesco imán y aplicó métodos científicos al estudio de la electricidad

y el magnetismo, publicando su libro, De Magnete en 1600. En 1750, el geólogo británico John Michell

demostró que la atracción o repulsión entre dos polos magnéticos disminuye a medida que aumenta el cua-

drado de la distancia entre ellos.

    A finales del siglo XVIII y principios del XIX se investigaron simultáneamente las teorías de la electri-

cidad y el magnetismo. En 1819, el físico danés Hans Christian Oersted observó que una aguja magnética

podía ser desviada por una corriente eléctrica, demostrando plenamente la relación entre el magnetismo y la

electricidad. El francés André Marie Ampere estudió las fuerzas entre cables por los que hizo circular co-

rrientes eléctricas, y el físico francés Dominique Francois Arago magnetizó un pedazo de hierro colocándo-

lo cerca de un cable recorrido por una corriente. En 1831 Michael Faraday descubrió que el movimiento de

un imán en las proximidades de un cable induce en éste una corriente eléctrica: este efecto era inverso al

hallado por Oersted, así, Oersted demostró que una corriente eléctrica crea un campo magnético, mientras

que Faraday demostró que puede emplearse un campo magnético para crear una corriente eléctrica. La

unificación de las teorías de la electricidad y el magnetismo fue realizada por el físico británico James Clerk

Maxwell, quien predijo la existencia de ondas electromagnéticas e identificó la luz como un fenómeno elec-

tromagnético.

    Posteriormente, los estudios sobre el magnetismo se centraron en el origen atómico y molecular de las

propiedades magnéticas de la materia. En 1905, el físico francés Paul Langevin desarrolló una teoría sobre

la variación, con la temperatura, de las propiedades magnéticas de las sustancias paramagnéticas, basada en

la estructura atómica de la materia, constituyendo uno de los primeros ejemplos de la descripción de propie-

dades macroscópicas a partir de las propiedades de los electrones y los átomos. La teoría de Langevin fue

ampliada por el físico francés Pierre Ernst Weiss, quien postuló la existencia de un campo magnético inter-

no, molecular, en los materiales como el hierro. Este concepto, combinado con la teoría de Langevin, sirvió

para explicar las propiedades de los materiales fuertemente magnéticos como la piedra imán.

   La teoría del físico danés Niels Bohr, sobre la estructura atómica, permitió comprender las propiedades

atómicas, y mostró porque el magnetismo aparece en los elementos de transición, como el hierro, en los

lantánidos o en compuestos que incluyen estos elementos.

    Los físicos estadounidenses Samuel Abraham Goudsmit y George Eugene Uhlenbeck demostraron en

1925 que los electrones tienen espin y se comportan como pequeños imanes con un “momento magnético”

definido. El momento magnético de un objeto es una magnitud vectorial que expresa la intensidad y orien-

tación del campo magnético del objeto.

   El físico alemán Werner Heisenberg basado en la mecánica cuántica, dio una explicación detallada del

campo molecular de Weiss en 1927. Mas tarde, otros científicos predijeron muchas estructuras atómicas del

momento magnético más complejas, con diferentes propiedades magnéticas.

    Una barra imantada o un cable que trasporta corriente pueden influir en otros materiales magnéticos sin

tocarlos físicamente porque los objetos magnéticos producen un “campo magnético”. Los campos magnéti-

cos suelen representarse mediante “líneas de campo magnético” o “líneas de fuerza”. En cualquier punto, la

dirección del campo magnético es igual a la dirección de las líneas de fuerza, y la intensidad del campo es

inversamente proporcional al espacio entre las líneas. En el caso de una barra imantada, las líneas de fuerza

salen de un extremo, y se curvan para llegar al otro extremo: estas líneas pueden considerarse como bucles

 

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cerrados con una parte del bucle dentro del imán y otra fuera. En los extremos del imán, donde las líneas de

fuerza están más próximas, el campo magnético es más intenso: en los lados del imán, donde las líneas de

fuerza están más separadas, el campo magnético es más débil. Según su forma y su fuerza magnética, los

distintos tipos de imán producen diferentes esquemas de líneas de fuerza.

    Los campos magnéticos influyen sobre los materiales magnéticos y sobre las partículas cargadas en mo-

vimiento. En términos generales, cuando una partícula cargada se desplaza a través de un campo magnéti-

co, experimenta una fuerza que forma ángulos rectos con la velocidad de la partícula y con la dirección del

campo. Como la fuerza siempre es perpendicular a la velocidad, las partículas se mueven en trayectorias

curvas.

   Las diferentes propiedades magnéticas de los materiales, con base en la reacción del material ante un

campo magnético, han permitido su clasificación en diamagnéticos, paramagnéticos y ferromagnéticos.

   Cuando se coloca un material diamagnético en un campo magnético, se induce en él un momento mag-

nético de sentido opuesto al campo, esta propiedad se debe a las corrientes eléctricas inducidas en los áto-

mos y moléculas individuales. Muchos materiales son diamagnéticos: los que representan un

diamagnetismo mas intenso son: el Bismuto metálico y las moléculas orgánicas que, cono el benceno, tienen

una estructura cíclica que permite que las corrientes eléctricas se establezcan con facilidad.

    El comportamiento paramagnético se produce cuando el campo magnético aplicado alinea todos los

momentos magnéticos ya existentes en los átomos o moléculas individuales que componen el material, pro-

duciendo un momento magnético global que se suma al campo magnético. Los materiales paramagnéticos

suelen contener elementos de transición o lantánidos con electrones desapareados. El paramagnetismo en

sustancias no metálicas suele caracterizarse por una dependencia de la temperatura: la intensidad del mo-

mento magnético inducido varía inversamente con la temperatura. Esto se debe a que al ir aumentando la

temperatura, cada vez resulta más difícil alinear los momentos magnéticos de los átomos individuales en la

dirección del campo magnético.

    Las sustancias ferromagnéticas, como el hierro, mantienen un momento magnético incluso cuando el

campo magnético externo se hace nulo. Este efecto se debe e una fuerte interacción entre los momentos

magnéticos de los átomos o electrones individuales de la sustancia magnética, que los hace alinearse de

forma paralela entre sí. En circunstancias normales, los materiales ferromagnéticos están divididos en re-

giones llamadas “dominios”: en cada dominio, los momentos magnéticos atómicos están alineados en para-

lelo. Los momentos de dominios diferentes no apuntan necesariamente en la misma dirección. Aunque un

trozo de hierro normal puede no tener un momento magnético total, puede inducirse su magnetización colo-

cándolo en un campo magnético, que alinea los momentos de todos los dominios. La energía empleada en la

reorientación de los dominios desde el estado magnetizado hasta el estado desmagnetizado se manifiesta en

un desfase de la respuesta al campo magnético aplicado, conocido como “histéresis”.

    Los materiales ferromagnéticos pierden sus propiedades cuando se calientan por encima de una tempera-

tura conocida como punto de Curie, llamado así en honor de Pierre Curie, quien descubrió el fenómeno en

1895.

    En los últimos años, la mejor comprensión de los orígenes atómicos de las propiedades magnéticas ha

llevado al descubrimiento de otros tipos de ordenamiento magnético. Se conocen casos en los que los mo-

mentos magnéticos interactúan de tal forma que les resulta energéticamente favorable alinearse entre sí en

sentido antiparalelo: estos materiales se llaman antiferromagnéticos.

    También se han hallado otras configuraciones más complejas de los momentos magnéticos atómicos.

Las sustancias “ferrimagnéticas” tienen al menos dos clases distintas de momento magnético atómico que se

orientan de forma antiparalela. Como ambos momentos tienen magnitudes diferentes, persiste un momento

magnético neto al contrario que en un material antiferromagnético, donde todos los momentos magnéticos

 

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se anulan entre sí. Curiosamente, la piedra imán es ferrimagnética y no ferromagnética; en este material

existen dos tipos de ión de hierro, con momentos magnéticos diferentes. Se han encontrado disposiciones

aún más complejas en las que los momentos magnéticos están ordenados en espiral. Los estudios de estos

ordenamientos han proporcionado mucha información sobre las interacciones entre los momentos magnéti-

cos en sólidos.

    En los últimos 100 años han surgido numerosas aplicaciones del magnetismo y de los materiales magné-

ticos. El electroimán es la base del motor eléctrico y del transformador. En épocas más recientes, el desarro-

llo de nuevos materiales magnéticos ha influido notablemente en la revolución de los ordenadores o

computadoras. Es posible fabricar memorias de computadora utilizando “dominios burbuja”, los cuales son

pequeñas regiones de magnetización, paralelas o antiparalelas a la magnetización global del material. Según

que el sentido sea uno u otro, la burbuja indica un 1 o un 0, por lo que actúa como dígito en el sistema bina-

rio empleado por los ordenadores. Los materiales magnéticos también son componentes importantes de las

cintas y discos para almacenar datos.

   Los imanes grandes y potentes son cruciales en muchas tecnologías modernas. Los trenes de levitación

magnética utilizan poderosos imanes para elevarse por encima de los raíles y evitar el rozamiento. Los ima-

nes superconductores se emplean en los aceleradores de partículas más potentes para mantener las partículas

aceleradas en una trayectoria curva, y enfocarlas.

   En la medicina moderna el magnetismo se ha empleado en forma limitada, no obstante es una herra-

mienta valiosa e insustituible ya que la exploración mediante resonancia magnética nuclear es vital para

diagnósticos que de otra forma serían imposibles. La tomografía utiliza campos magnéticos de gran intensi-

dad para visualizar el interior del organismo humano.

   Por otra parte, existe una alternativa médica basada en las propiedades magnéticas de los componentes

del cuerpo humano, el cual las células tienen minúsculas propiedades biomagnéticas. Así, cada célula, teji-

do, órgano y sistema, así como las sustancias químicas asimiladas por ellos producen su propia energía

magnética con un campo magnético limitado proporcionalmente.

   Debido a la presencia de cantidades eléctricas de fuerza diferente son generadas y son afectadas, inevita-

blemente, por los campos magnéticos. Los campos de energía o magnéticos, de los diferentes órganos no se

quedan estáticos sino que están sujetos continuamente a variaciones producto del estado de actividad, des-

canso o influencias externas como son la entrada al cuerpo de sustancias en forma de comida o bebida, o la

exposición a fuentes magnéticas naturales o artificiales.

   Para mantener la salud física es esencial que el equilibrio en los campos individuales esté balanceado

magnéticamente para que se conserve el equilibrio magnético entre los diferentes órganos y sistemas. Cual-

quier perturbación o fluctuación anormal puede incrementar o disminuir la energía magnética de tejidos u

órganos particulares generando, a su vez, alteraciones en el organismo entero y, por lo tanto, en la salud.

    Lo infinitamente pequeño como lo infinitamente grande, tienen comportamientos semejantes de atrac-

ción y repulsión magnética y de cinética de sus partículas o elementos que obedecen a las mismas leyes

fundamentales de cargas y de resonancias que finalmente mantienen el equilibrio universal, sin llevarnos –

como se predijo – a un colapso final en donde toda la materia se concentraría y quedaría anulado el proceso

vital, sin el espacio necesario para sus manifestaciones.

    El átomo de hidrógeno, a pesar de su estructura tan elemental juega sin duda el papel mas relevante en

los procesos bioquímicos, ya que se encarga de asociar a otros átomos y de mantener dicha asociación esta-

ble con un equilibrio de cargas tanto positivas como negativas, definiendo con ello las propiedades ácido-

básicas, toda vez que el mismo elemento –hidrógeno – actúa en los dos sentidos cuando actúa como elemen-

to: electronegativo, y cuando actúa como ión: electropositivo. Este equilibrio cinético de cargas permite

entender el concepto fundamental de neutralidad energética en donde las cargas, tanto positivas como nega-

 

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tivas, persisten en un nivel energético final de igual magnitud, aunque de diferente polaridad, que no inter-

fiere con los procesos vitales de la homeostasis celular u orgánica, mientras estén en resonancia bioenergéti-

ca.

    Es común que se asocie a los fenómenos eléctricos con los magnéticos, aún cuando en tanto los primeros

– eléctricos – son consecuencia inmediata de los segundos, éstos –los campos magnéticos – pueden existir

sin la presencia de los primeros; de ahí; que tanto cargas positivas como negativas, pueden subsistir en esta-

dios energéticos puros como consecuencia de campos en resonancia magnética, ya sean generados por la

cinética de los electrones de los elementos o como consecuencia de las concentraciones de hidrogeniones en

los compuestos orgánicos. Las concentraciones de hidrogeniones son mesurables por medio de reactivos

que determinan el pH de la sustancia que soporta la concentración ya sea en déficit, en exceso, o en equili-

brio, pero hasta ahora no es posible hacerlo en forma directa, en los órganos internos de los seres vivos.

    El Dr. Richard Broeringhmeyer logró la medición de los polos biomagnéticos generados por la concen-

tración anormal de hidrogeniones en forma externa, cualitativa e indirecta, por medio de la resonancia ener-

gética de campos magnéticos de mediana intensidad que nos permite saber de inmediato e “in situ”, la

presencia de los polos biomagnéticos, así como su polaridad específica. De acuerdo a sus observaciones

sólo se generan disfunciones en los órganos que soportan las distorsiones del pH, y no le concede valor

terapéutico al fenómeno de la despolarización tal ves porque no intuyó el par biomagnético, o tal ves porque

no está permitido en su país de procedimiento.

    Es común para el médico medir la temperatura corporal, la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la fre-

cuencia ventilatoria, la conducción eléctrica de los nervios periféricos, los procesos eléctricos del corazón,

pero muy pocas veces los aspectos energéticos puros como la capacidad al esfuerzo máximo, procedimiento

común en fisiatría, y solo el biomagnetismo médico puede medir la bioenergía producida por la concentra-

ción alterada de los hidrogeniones o de los radicales libres, que a su ves se generan por la presencia de mi-

croorganismos o de toxinas en los órganos que los soportan, ya que toda la materia obedece a cambios de

presión, de temperatura, de humedad o de atracción electromagnética, de tal suerte que, cuando un órgano

sale de su nivel de energía, en donde a pesar de dicha alteración se siguen llevando a cabo los procesos de

su metabolismo, los campos magnéticos de mediana intensidad pueden medir en forma indirecta y cualitati-

va dichas distorsiones, provocando el acortamiento o la elongación del hemicuerpo derecho. El hemicuerpo

izquierdo se mantiene estable porque el corazón lo despolariza con cada latido, al producir una onda elec-

tromagnética alternante.

    De acuerdo con la teoría de el Dr. Broeringhmeyer y de acuerdo con la lógica de proceso, y ambos con ba-

se en la ley universal de cargas, la despolarización debe conseguirse aplicando un campo magnético de po-

laridad contraria a la del campo bioenergético producido por el organismo, para atraer a los iones de

hidrógeno o los radicales libres de polaridad contraria hacia el exterior del organismo. También el doctor

Broeringhmeyer aceptó que solo habría disfunciones secundarias a los procesos de polarización de los órga-

nos internos, y que en el caso de los polos con cargas positivas se producirían excitaciones funcionales y, en

los de polaridad negativa, disminución de su función normal.

    El Par Biomagnético confirma que la polarización bioenergética de un órgano, trae como consecuencia a

corto o mediano plazo, procesos degenerativos finales. El polo biomagnético así como la medición cuantita-

tiva en indirecta de los mismos por medio de imanes de mediana intensidad, es la base de todo el estudio que

ahora culmina con el entendimiento formal de las patologías orgánicas desde el punto de vista de la bio-

energética: así como de la correlación clínica y de su tratamiento por medio de campos magnéticos, con o

sin la asociación de otros procedimientos terapéuticos de orden farmacológico o quirúrgicos.

    De acuerdo con los antecedentes expuestos sobre el descubrimiento, desarrollo y aplicación terapéutica del

magnetismo El Par Biomagnético se define como el conjunto de cargas que identifican una patología y que

está constituido por dos cargas principales de pH de los órganos que la soportan. De ésta dualidad bioener-

gética se desprende otro principio fundamental llamado: Nivel Energético Normal (NEN).

 

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Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
    El NEN, define los límites bioenergéticos en donde se llevan a cabo todos los procesos metabólicos celu-

lares de los organismos humanos y, que en razón de la temperatura, no puede salirse del límite de apenas 1

grado centígrado (36 a 37), donde la absorción electromagnética está en el orden de los 400 armstrongs,

debido a que el pH está muy próximo al valor neutro de la escala convencional, con tolerancias de apenas

tres décimas en ambos sentidos (pH 7 +- 0.3).

    Todas las consideraciones fisiológicas, bioquímicas, biológicas, inmunológicas, sicológicas y hasta so-

frológicas de los organismos humanos se llevan a cabo en condiciones de normalidad dentro de este nivel de

energía y quizá, el considerar que la patología también se lleva a cabo dentro de estos niveles energéticos es

lo que nos ha hecho tan ineficientes en nuestros tratamientos médicos, porque la naturaleza dentro de estos

niveles de energía es perfecta y no admite errores.

    La alteración bioenergética del NEN obedece a la ley del todo o nada – semejante al de reobase muscu-

lar – ; es decir, que existen fenómenos naturales que sacan todo un órgano de su nivel energético normal en

un cierto límite después del cual el fenómeno persiste independientemente de que la condición que lo causó

persista o no, y parece ser que dicho límite está en el orden de los 1000 Gauss o sus equivalentes energéti-

cos, ya que la despolarización bioenergética por medio de imanes naturales también obedece a cargas supe-

riores a los 1000 Gauss, y no tienen efectos potenciales magnéticos inferiores, pero en ambos casos, tanto

de polarización, cono de despolarización, el efecto es similar: es decir que, por arriba de los 1000 Gauss la des-

polarización es efectiva y definitiva, sin importar que se apliquen campos mucho mas energéticos – se ha

probado hasta 50,000 Gauss y el efecto es totalmente similar. –

    Debe existir un dieléctrico natural que permita que las cargas en condiciones normales no se fundan de-

ntro del NEN, ya que éste a su vez actúa como tal – dieléctrico – en relación a los focos biomagnéticos que

se forman en condiciones de patología o de disfunción orgánica: es decir que, en tanto que el NEN actúa

como dieléctrico para la formación y estabilidad de cada par biomagnético, existe otro dieléctrico que per-

mite la homeostasis, aspecto que no es considerado en la bioquímica, pero si en la bioenergética.

    No se entiende aún porque – cuando se entienda se acabarán las enfermedades – se polariza en un instan-

te todo un órgano hacia el lado positivo por exceso de iones de hidrógeno cayendo en un estado de acidez en

su totalidad y esto a su vez, condiciona como consecuencia necesariamente lógica la polarización de otro

órgano en sentido opuesto, es decir hacia la alcalinidad, por déficit de hidrogeniones y presencia de radica-

les libres complejos con polaridad negativa.

    Como principal teoría de la génesis del polo positivo, tal ves se trate de la presencia de un elemento muy

activo con polaridad negativa (el fluor), que asociado con metales pesados, que sirven como catalizadores,

inician la acumulación cuantitativa de iones de hidrógeno en un proceso inverso a la desintegración atómi-

ca; es decir, una reacción en cadena de sentido inverso que condensa la materia por acumulación exagerada

de hidrógenos. El hidrógeno es el principal aglutinante de la materia orgánica y constituye el enlace mas

fuerte de las moléculas, pero, además, desde el punto de vista cinético, es la cremallera que une los átomos

de carbono, oxígeno, nitrógeno y todos los demás componentes de las sustancias orgánicas, puesto que se

comporta simultáneamente como electronegativo cuando es elemento y como electropositivo cuando es ión,

y todo ello depende de la dinámica de la nebulosidad energética conocida como electrón.

   Por lo anterior, se deben considerar las manifestaciones normales de los organismos dentro de un nivel

energético común y a las manifestaciones patológicas fuera de él. Así pues, en el polo positivo empiezan a

suceder una serie de fenómenos como consecuencia inevitable y cruelmente lógica de la carga biomagnética:

en primer lugar se establece una acidosis del órgano afectado, en seguida, se acorta la materia y por lo mismo el

órgano decrece en sus dimensiones, posteriormente, ocurre la disfunción del órgano y finalmente ocurren fenó-

menos degenerativos, todo ello en presencia de un virus.

   En el polo negativo ocurren fenómenos semejantes pero de polaridad contraria, es decir, negativa. En

primer lugar se establece una alcalosis del órgano que soporta el polo negativo, inmediatamente después

ocurre la distensión de su materia que condiciona a su ves un estado de flogosis y de edema, posteriormente

ocurre la disfunción del órgano y finalmente procesos degenerativos y todo ello en presencia de bacterias.

 

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   Aún cuando las dos consecuencias finales de ambos polos son las mismas: degeneración de materia, di-

cha degeneración es diferente en su manifestación. En el caso de los polos biomagnéticos con polaridad

positiva la degeneración es de tipo retráctil o cicatricial y, en el segundo, de lisis y dispersión del tejido.

    Cuando se forma un polo biomagnético, se asocia siempre a otro de polaridad contraria y en estricta re-

sonancia bioenergética ya que, en teoría, ambos polos presentan la misma intensidad de carga, la misma

frecuencia biomagnética y el mismo número de partículas elementales, por lo que no es posible inhibir el

polo de un par biomagnético con el de otro par, solo se puede desactivar cada par biomagnético empujando

sus cargas internamente una contra la otra pero no la de un par contra la de otro par.

Metodología y técnicas
    Revisión Bibliográfica. Para integrar el marco conceptual e histórico del problema y de las técnicas y

métodos a utilizar. Selección del paciente. Una paciente con Diabetes, complicada con insuficiencia renal se

seleccionó para aplicar el tratamiento con el par biomagnético. Se realizó historia clínica con interrogatorio,

revisión del expediente y datos de laboratorio elaborando tabla de los mismos. Se ha aplicado la técnica de

rastreo y tratamiento con el par biomagnético a la paciente durante cuatro años, y se observaron sus reaccio-

nes y su estado general. Se han anotado hasta donde está registrado, los pares que se han encontrado al ras-

trear a la paciente, los resultados obtenidos, los síntomas y evolución de los posteriores.

Desarrollo del trabajo
Resumen de datos de la paciente
Nombre: Guadalupe C. R.

Edad: 66 años al morir.

Sexo: Femenino.

Estado Civil: Viuda

    La paciente llegó al gabinete del terapeuta en Marzo de 1999, con un diagnóstico de diabetes, insuficien-

cia renal, retinopatía diabética pre proliferativa, ametropía, catarata incipiente, debilidad muscular. La pa-

ciente llegó por recomendación de su hija, que la trajo ante la negativa de someterse al tratamiento que le

recomendaba su entonces médico.

   La recomendación consistía en ser sometida a diálisis, con la promesa de que al ser sometida al proce-

dimiento, podría vivir todavía dos más, o de lo contrario no viviría más de 6 meses. La paciente tenía 20

años con el diagnóstico de Diabetes. Al principio del tratamiento tomaba 2-2-2 pastillas diarias de Gliben-

clamida. Llegó con un azúcar de 234mg/dl.

    A continuación se presenta una muestra de los pares biomagnéticos aplicados en dos muestras que van

del año 1999 cuando se comenzó el tratamiento, al 2002 cuando se dejó de tomar registro detallado de los

pares que se aplicaban al paciente en cada una de sus visitas. Desafortunadamente, los pares aplicados a la

paciente no se registraron con rigor, ya que desde el año 2002, en el gabinete del terapeuta, no se registran

los pares en detalle a cada consulta, sino solamente las hojas de primera vez, con las molestias iniciales con

las que arriba el paciente, y la hoja de aceptación por parte del paciente a ser tratado por el terapeuta con el

método del biomagnetismo y bioenergética medicinales.

Muestras del año 1999
Marzo 10

Páncreas – Páncreas

Vesícula – Vesícula

Riñón – Riñón

Pancreatitis

Reservorio de Virus

Clostridium tetani

 

324
Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
Duodeno – Riñón Izquierdo

Axila – Axila

Sien – Sien

Hígado – Hígado

Cola de Páncreas – Hígado

Trompa – Trompa

Marzo 17

Carina – Carina

Parietal – Parietal

Vesícula – Vesícula

Duodeno – Duodeno

Píloro – Píloro

Pleura – Pleura

Marzo 24

Trompa – Trompa

Muñeca – Muñeca

Duodeno – Duodeno

Peri hepático – Peri hepático

Sacro – Sacro

Ano – Ano

Craneal – Craneal

Chlamydia trachomatis

Rabia

Micro circulación Cerebral y Pulmonar

Hepatitis C

Clostridium botulinum

Parvo virus

Aphtovirus

Encefalitis viral

Reservorio de Virus

Disfuncional

Oxiuros

Pleuritis

Parvo virus

Rickettsia

Disfuncional

Morganella tifo

Proteus mirabilis

Papillomavirus

Anthrax

Abril 15

Epiplón – EpiplónStaphylococcus albus

Lengua – LenguaEscabiosis

Peri hepático – Peri hepáticoMorganella tifo

Útero – ÚteroReservorio

Cuadrado – CuadradoTreponema pallidum

Páncreas – PáncreasPancreatitis

Abril 30

Epiplón – Epiplón

Duodeno – Riñón derecho

Descendente – Descendente

Glúteo – Glúteo

Lengua – Lengua

Mayo 14

Ciego – Ciego

Epiplón – Epiplón

Trocánter mayor – Trocánter mayor

Hipófisis – Hipófisis

Duodeno – Riñón derecho

Staphylococcus albus

Diabetes mellitus

Enterobacter cloacae

Parásitos Intestinales

Escabiosis

Tricomonas

Staphylococcus albus

Salmonella tifo

Disfuncional

Diabetes mellitus

Mayo 16

Tibia – TibiaMalassezia furfur

Aquiles – AquilesShigella

Costo diafragmático – Costo diafragmáticoTrypanosoma cruzi

Ciático – CiáticoPoliomielitis

Escápula – EscápulaMycobacterium leprae

Epiplón – Epiplón (2 pares)Staphylococcus albus

Mayo 21

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
325
Hipófisis – Bulbo Raquídeo

Ojo – Ojo

Duodeno – Riñón derecho

Ciático – Ciático

Ciático medio – Ciático medio

Aquiles – Aquiles

Calcáneo – Calcáneo

Diabetes Insípida

Citomegalovirus

Diabetes mellitus

Poliomielitis

Disfuncional

Shigella

Rickettsia

Mayo 28

Epiplón – EpiplónStaphylococcus albus

Apéndice – ApéndiceReservorio de Virus

Costo diafragmático – Costo diafragmáticoTrypanosoma cruzi

Pineal – PinealVitíligo

Junio 4

Tibia – TibiaMalassezia furfur

Hipófisis – HipófisisDisfuncional

Mastoideo – MastoideoFilaria

Ciático – CiáticoPoliomielitis

Escápula – EscápulaMycobacterium leprae

Riñón izquierdo – Dedo del pie izquierdo (Excoriación)

Muestras del año 2001
En esta ocasión la paciente llegó al gabinete del terapeuta en estado semi comatoso, sin conocer, completa-

mente flácida, y cargada por dos familiares, cabe mencionar, que al terminar la sesión magnética, la pacien-

te ya había recuperado el sentido, y el control de sus facultades. Por relato anecdótico de su hija el terapeuta

se enteró que al salir de la consulta, la paciente pidió ir a un restaurante a comer.

Enero 21

Azúcar 260 aprox.

Hipófisis – Hipófisis

Epiplón – Epiplón

Páncreas – Páncreas

Inguinal – Inguinal

Cuadrado – Cuadrado

Duodeno – Duodeno

Enero 28

Yugular – Temporal

Trocánter mayor – Trocánter mayor

Trompa – Trompa

Páncreas – Páncreas

Duodeno – Riñón derecho

Duodeno – Riñón izquierdo

Marzo 15

Yugular – Temporal

Estómago – Estómago

Hígado – Descendente

Páncreas – Páncreas

Tibia – Tibia

Marzo 22

Escápula – Escápula

Hígado – Descendente

Disfuncional

Staphylococcus albus

Pancreatitis

VIH 3

Treponema pallidum

Disfuncional

Especial de la presión

Salmonella tifo

Parvo virus

Pancreatitis

Diabetes mellitus

Chlamydia trachomatis

Especial de la presión

Trastornos Digestivos

Hepatitis A

Pancreatitis

Malassezia furfur

Mycobacterium leprae

Hepatitis A

 

326
Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
Trocánter mayor – Trocánter mayor

Colon transverso – Colon transverso

Inguinal – Inguinal

Tibia – Tibia

Tiroides – Tiroides

Abril 18

Hipófisis – Bulbo raquídeo

Apéndice – Lengua

Uretero – Uretero

Ascendente – Descendente

Nervio inguinal – Nervio inguinal

Aductor – Aductor

Riñón – Riñón

Muestras del año 2002
Abril 6

Hipófisis – Bulbo raquídeo

Tiroides – Tiroides

Escápula – Escápula

Hígado – Hígado

Duodeno – Riñón derecho

Nervio inguinal – Nervio inguinal

Páncreas – Páncreas

Trocánter mayor – Trocánter mayor

Tibia – Tibia

Aquiles – Aquiles

Riñón – Riñón

Abril 21

Lengua – Lengua

Quiasma – Quiasma

Pineal – Pineal

Suprarrenal – Suprarrenal

Tibia – Tibia

Escápula – Escápula

Bazo – Hígado

Salmonella tifo

Disfuncional

VIH 3

Malassezia furfur

Disfuncional

Diabetes Insípida

Viruela

Varicela

Herpe 1

VIH 3

VIH 2

Clostridium tetani

Diabetes Insípida

Disfuncional

Mycobacterium leprae

Hepatitis C

Diabetes mellitus

VIH 3

Pancreatitis

Salmonella tifo

Malassezia furfur

Shigella

Clostridium tetani

Escabiosis

Especial del Flujo Linfático

Vitíligo

Disfuncional

Malassezia furfur

Mycobacterium leprae

Brucella melitensis

    La paciente tuvo dos visitas más al consultorio del terapeuta que resultan relevantes. La primera a me-

diados del 2002, cuando arribó con una inflamación ocular considerable, reportando ceguera, dolor de cabe-

za, mareo, dolor de piernas e hinchazón generalizada. En esa ocasión se le encontraron como pares más

relevantes:

Timo – ParietalRubéola

Páncreas – PáncreasPancreatitis

Riñón – RiñónClostridium tetani

    La segunda visita relevante se efectuó en Octubre del 2002, cuando de nueva cuenta trajeron al gabinete

del terapeuta a la paciente de urgencia, en estado inconsciente, delirante, y con fuerte tonalidad amarilla en

la piel e hinchazón generalizada.

   En esa ocasión también abandonó el gabinete del terapeuta por sus propios medios, con una tonalidad

mas normal en la piel, y en la revisión que se le hizo a la semana siguiente ya tenía el control de sus faculta-

des en perfecto estado y el nivel de azúcar normal.

En esa ocasión se le encontraron como pares más relevantes:

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
327
Suprarrenales – Suprarrenales

Riñón – Riñón

Trocánter Mayor – Trocánter Mayor

Cola de Páncreas – Hígado

Hígado – Hígado

Análisis de resultados
Disfuncional

Clostridium tetani

Salmonella tifo

Clostridium botulinum

Hepatitis C

El conteo de glucosa en la sangre de la paciente se mantuvo estable durante el tiempo que duró el tratamien-

to de Biomagnetismo médico.

    La siguiente tabla corresponde a los estudios de laboratorio que aparecen en los anexos, comenzando en

el año 1997, y terminando en el 2001.

250
200
150
100
50
0
08/05/1997
08/11/1997
08/05/1998
08/11/1998
08/05/1999
08/11/1999
08/05/2000
08/11/2000
08/05/2001
Glucosa

mg/dl

    Sólo que a partir de esa fecha ya no se tienen estudios ya que la paciente se negó a regresar al seguro so-

cial para recibir más tratamiento, o análisis de ningún tipo, ya que se sentía mucho mejor con los imanes y

ella aseguraba que cuando iba al seguro siempre se sentía peor.

  Como dato curioso, la última vez que fue a que le hicieran exámenes, le regresaron un diagnóstico de

embarazo positivo, cuando a sus 64 años de edad, ella aseguraba que eso no era posible….

El estado de salud general y anímico de la paciente mejoró cada ves que acudía a terapia.
   La paciente no sólo no se sometió a ser dializada, sino que superó la expectativa de los médicos al man-

tener una calidad de vida, de boca de su hija, excelente. La paciente sobrevivió 4 años más de lo esperado

en el diagnóstico médico.

 

328
Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
    La paciente murió en el año 2003 con un diagnóstico de falla renal por acidosis, ya que el método del par

biomagnético no pudo provocar que los riñones restablecieran su función normal. Sin embargo a la fecha

de su muerte, ya no presentaba complicaciones por diabetes, ya que esta había sido controlada con éxito a

través del par biomagnético.

   Cabe mencionar que la paciente murió con sus facultades visuales en buen estado, si bien que un poco

dañadas por la edad y la problemática que había sufrido antes de presentarse con el terapeuta.

Conclusiones
Sanar a través del magnetismo es poco convencional, pero no poco efectivo. La terapia biomagnética es

sencilla, barata y libre de peligros. La magnetoterapia es una ciencia y un arte. Es una ciencia semejante al

magnetismo y trabaja en las líneas de electricidad del organismo, su aplicaciones es un arte que involucra la

selección de imanes de fuerza diferente para aliviar dolencias diversas en diferentes partes del cuerpo. Es

un sistema de tratamiento que cubre un campo vasto de terapias y puede aliviar casi todos los defectos fun-

cionales de los sistemas del cuerpo humano.

    El par biomagnético es una propuesta novedosa, de bajo costo y de una efectividad probada y aprobada

por un sector médico que conoce las ventajas de éste nuevo modelo médico que no requiere equipo caro y

sofisticado y que, además, está libre de efectos secundarios nocivos, por lo que constituye una valiosa alter-

nativa para tratar los mas diversos problemas de salud desde una perspectiva científica más humana, donde

la finalidad única se centra en aliviar el dolor y recuperar la salud del paciente y no en los beneficios eco-

nómicos que pudieran obtenerse de él.

   El biomagnetismo médico ha probado ser un excelente sistema para curar enfermedades que la medicina

alopática da por incurables o terminales, y en su caso, para dar a las personas cuya enfermedad ya no es

reversible, una calidad de vida muy superior a la que le ofrece la alopatía.

    Es importante hacer crecer la técnica del Biomagnetismo Médico, para que a través de su sistema de

diagnóstico, que nos permite descubrir las enfermedades antes de que presenten alguna sintomatología, se

puedan prevenir a mayor escala, los desenlaces fatales que suceden cuando la enfermedad es ya detectada

muy tarde para que pueda existir remisión natural y los errores en tratamiento que muchas ocasiones se da a

los pacientes con diabetes en las instituciones de salud públicas.

Recomendaciones
Atender a los pacientes en forma preventiva con el par biomagnético, rastrear para detectar los virus, bacte-

rias, hongos, parásitos y enfermedades disfuncionales oportunamente.

  Diagnosticar y tratar pacientes aún cuando se encuentren en etapas avanzadas y con complicaciones para

mejorar su calidad de vida.

   Motivar a los pacientes a que se atiendan oportunamente, y motivarlos a que no dejen de acudir a las se-

siones de terapias para un mejor resultado.

   Incluir el uso del biomagnetismo médico en el tratamiento rutinario de enfermedades a fin de evitar un

desenlace fatal o minimizar las complicaciones, así como retardar la aparición de las mismas.

 

Par Biomagnético, Biomagnetismo Médico y Bioenergética, experiencias de curación, 2005
329
Bibliografía
Ciencia y Cultura Latinoamericana, S.A. de C.V. 1995 Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas.

13a edición, Fernández Editores, S.A. de C.V. Eje 1 Poniente México-Coyoacán No. 321, Col.

Xoco. 03330. México, D.F.

Goiz Durán Isaac, 1995. El Par Biomagnético. Editor: Medicinas Alternativas y Rehabilitación, S.A. de

C.V. Luis Moya No. 5, Col. San Pedro Xalostoc, Estado de México, C.P. 55310.

Goiz Durán Isaac, 2004. El Fenómeno Tumoral. Universidad Nacional de Loja. 2a edición, México.

Información obtenida en Internet
http://www.diabetesonline.com.ar/

http://www.fundaciondiabetes.org/

http://www.tusalud.com.mx/. Vínculo: diabetes mellitas

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